Esta nueva norma comunitaria estipula que los contratos a distancia de productos financieros puedan formalizarse en todo el ámbito europeo, ya sea por teléfono, Internet o por correo tradicional.

Durante los 14 días de reflexión de que disponen los consmidores, los proveedores no podrán modificar las condiciones del contrato, si bien se exceptúan los relativos a operaciones en que la determinación del precio esté en función de tipos del mercado que el proveedor no puede controlar.

El consumidor tendrá también un derecho de retractación después de la conclusión del contrato de 14 días (o de 30 en los casos de pensiones, créditos hipotecarios o seguros de vida) en los cuales podrá renunciar a este contrato sin penalización.