A pesar de que la policía municipal intentó tranquilizarle, no pudo evitar que llevase a cabo sus amenazas de prenderse fuego con una lata de gasolina, después de que los técnicos le mostraran el permiso y procedieran las labores de demolición de la nave.

El herido, que sufre heridas leves, fue trasladad a un centro sanitario después de que uno de los funcionarios le rociara con un extintor y consiguiera apagar las llamas rápidamente. Su identidad no fue facilitada por el Ayuntamiento.

El contencioso que Gerencia de Urbanismo mantenía por la ilegalidad de estas naves ha originado diversos requerimientos para que fuera el mismo propietario quien las derribara. La ejecución forzosa es el último recurso que se produce en casos de indisciplina urbanística.