En concreto, entre marzo de 2008 y de 2009 las empresas españolas redujeron en 1.207.900 empleados sus plantillas, hasta situar el número total de asalariados en 13.520.000 personas.

De estos más de 1,2 millones de personas que perdieron su empleo en el último año, 1.027.600 asalariados trabajaban en pymes, mientras que 180.300 formaban parte de las plantillas de las grandes empresas.

En conjunto, la cifra de asalariados se redujo un 8,2% en este periodo, siendo las medianas empresas las que registraron caídas mayores.

Así, las empresas de entre 26 y 49 trabajadores han perdido el 15,5% de su plantilla en el último año, seguidas de las que tienen entre 10 y 25 asalariados, con un 13,9%. A continuación están las empresas con entre 6 y 9 empleados (-11.1%) y las que tienen entre 50 y 250 (-10,2%).

Por debajo de la media se sitúan las compañías con entre 250 y 499 empleados (-6,7%), las que sólo tienen uno o dos (-4,2%), las que cuentan con una plantilla de 500 a 999 asalariados (- 3,1%) y, por último, las grandes empresas con más de 1.000 trabajadores (-2,5).

Por sectores, los servicios y la construcción acaparan el 78,7% del total del empleo destruido, con un total de 950.500 asalariados menos. En concreto, las empresas de la construcción redujeron sus plantillas en un 25,7% (464.300 personas) y las de servicios en un 4,7% (486.200 empleados).

Por su parte, las compañías industriales disminuyeron el número de empleados en un 9,3% (225.200 trabajadores), mientras que las agrarias, aunque la destrucción de empleo sólo fue de 32.300 puestos de trabajo, esta cifra representa el 40,6% del total.

En cuanto a la naturaleza de la empresa, la mayor destrucción de empleo se registró en la sociedades de responsabilidad limitada, que redujeron sus plantillas en 723.900 personas, un 12,7% del total.

A continuación, las que más empleos perdieron fueron las sociedades anónimas, con una caída de 389.300 trabajadores (- 8,6%), y las constituidas por una persona física, con un descenso de 141.400 asalariados (-12,8%).

Por el contrario, las empresas con otro tipo de personalidad jurídica aumentaron su número de trabajadores en 46.700 personas, un 1,4%.