Según la organización ecologista, los propios técnicos de la industria del PVC reconocen los riesgos que entraña su uso como envases de alimentos en el informe final de la comisión de expertos que estudió la incidencia en la salud de estos plásticos por encargo del ministerio.

Los ecologistas creen que las conclusiones del informe obligan al ministerio a adoptar medidas restrictivas contra el PVC, al tiempo que denuncian que el documento no fuera facilitado a esta organización, pese a formar parte del comité de expertos.

Greenpeace sostiene que este plástico genera durante todo su ciclo de vida problemas graves de contaminación que ponen en peligro la salud de las personas y el medio ambiente.

Para Pablo Mascareñas, portavoz de la organización, "cuando se trata del usodel PVC en envases y embalajes de productos destinados a la alimentación humana, estamos hablando de un riesgo directo de ingestión de sustancias tóxicas perjudiciales para nuestra salud".

Asimismo, acusó a la industria juguetera de presionar a la UE para evitar que imponga restricciones a la fabricación de juguetes con este material.