"Las declaraciones no son una incitación directa a la violencia, pero esconden una cierta sombra de llamada a la violencia. Cuando se habla en este tono, parece como si se envidiase la eficacia de los medios violentos. No es una frase de condena de la violencia, sino de lamento de que sepueda usar la violencia", señaló.

A su juicio, "una cosa es condenar la violencia y otra que uno se lamente de no poder utilizar la violencia, porque (se piensa que) la violencia consigue buenos resultados. Eso representa un cambio cualitativo en su discurso, que espero que sea un incidente aislado".

Vidal Quadras señaló que Pujol debió tener un momento de "obnubilación" cuando recriminó a los españoles que tengan mejor concepto de los vascos que de los catalanes pese a la existencia de ETA.

"El vocabulario que empleó es brutal. Yo creo que tuvo un momento de obnubilación porque, si no, no se entiende que una persona como él, que intenta siempre aparecer como moderado, haya caido en estos excesos verbales", agregó.

Añadió que, en todo caso, las palabras del presidente de la Generalitat son "alarmantes" y "muy inquietantes porque nunca habíamos oido a Jordi Pujol utilizar un lenguaje tan abrupto y tan extraño".

En su opinión, las preguntas retóricas planteadas por Pujol contemplan "coo una posibilidad, aunque no deseable, la utilización de la violencia para conseguir sus objetivos políticos".