"Lo que está claro es que la apuesta que se hace desde el nacionalismo no es la independencia", dijo a RNE Esteve, quien agregó que "la propuesta de Pujol es una apuesta, una vez más, por el Estado y es una propuesta evidentemente al Estado español y dentro del Estado español. Por lo tanto, no es una propuesta independentista".

Agregó que el planteamiento se hace "al amparo del marco constitucional" e insistió en que éste "no es un Estado de vamos a igualar un poco todos y de todos lo mismo, sino qu es un Estado diferencial, plural, y de su reconocimiento depende también su buen funcionamiento, su funcionamiento de cara la futuro, su funcionamiento de cara a las potencialidades, pero estamos hablando de un Estado".

Para Esteve, esta cuestión nunca se ha planteado desde la "limitación de lo que puedan tener otras comunidades y otros pueblos". "Lo que sí planteamos", indicó, "es que cuando se hizo la Constitución se planteó en términos de pluralidad para resolver problemas singulares, diferenciale, distintos y nacionales y, concretamente, del País Vasco y Cataluña".

"El haber olvidado esto (que había unos hechos singulares que merecían un tratamiento político distinto) es lo que ha planteado un problema pendiente", sentenció.

Reiteró que "lo que estamos diciendo es que el Estado plural lo que debe permitir -este es el espíritu de la Declaración de Barcelona- es que política y socialmente los pueblos de España tengan la capacidad de expresarse con sus máximas capacidades y con el nivel de utogobierno y autocapacidad que sean capaces de expresar".

"El error del 'café para todos' fue el decir: lo quieran o no lo quieran, lo deseen o no lo deseen, tengan ustedes mayores o menores derechos históricos o lengua y cultura, ahí lo tienen. Este fue el error. En democracia lo que hay que tener es lo que, en función del impulso social y político que tenga un país, tenga derecho".