Pujol dice que el nacionalismo catlán no es "ninguna moda" -----------------------------------------------------------

MADRID
SERVIMEDIA

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, considera que el nacionalismo catalán no es "ninguna moda", sino que responde al "sentido histórico, consolidado en las urnas, de un pueblo diferenciado por su lengua, cultura, tradición, derecho e instituciones".

Sin embargo, el prtavoz del Partido Popular en la Asamblea de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, opina que en España "no hay más nación histórica que la española".

Estas son dos de las posiciones reflejadas en una encuesta sobre "Los nacionalismos, España y Europa", realizada entre dirigentes autonómicos y nacionalistas españoles, que publica el último número de la revista "Cuenta y razón", del Club de los 90. Todos los consultados se muestran convencidos de que Europa camina hacia una unidad supranacional y sin frontera.

"El derecho de autodeterminación de los pueblos", considera Jordi Pujol, "está en los libros de bachillerato, pero no todos lo siguen confundiendo necesariamente con la independencia y la división de fronteras".

"Todos sabemos por qué se generalizó el Estado de las autonomías, pero al cabo de quince años ya pocos dudan -salvo el señor Rodríguez Ibarra (presidente de Extremadura)- que no ha resuelto el encaje de Cataluña en el Estado, en gran medida por las interpretaciones restrictivas del Estauto", añade el presidente de la Generalitat.

En su opinión, los acontecimientos de Europa Central y del Este "deberían ser saludados por cualquier democráta que pueda ver el nacionalismo como factor de progreso y motor de lucha contra la opresión y la dictadura".

"Pero aquellos nacionalismos, afirmando su libertad, tratan de huir del anquilosamiento comunista y buscar nuevos ámbitos de integración. Cataluña, en cambio, se encuentra en un Estado consolidado que, además, está integrado en una Comundad Europea que representa una de las zonas más dinámicas y libres del mundo. No hay ni asomo de comparación, por mucho que los derechos de los pueblos sean irrenunciables", matiza Pujol.

RESURGIR DE LAS NACIONALIDADES

El presidente de Baleares, Gabriel Cañellas, considera que cualquier debate sobre el nacionalismo que plantee la independencia de alguna región española es "estéril y baldío", "máxime cuando estamos a puntos de celebrar la llegada de la Europa unida".

"Las fronteras quedarán comopuras anécdotas geográficas, o como simples legados históricos, si analizamos la unidad desde el punto de mira de los intercambios comerciales", agrega.

Emilio Eiroa, jefe del Ejecutivo aragonés, cree que se están produciendo dos fenómenos aparentemente opuestos, pero que son complementarios: "Al mismo tiempo que se trabaja por la Unión Política Europea, se está dando un resurgir de las nacionalidades y las regiones, probablemente porque unas señas fuertes de identidad son imprescindibles para poder arontar la nueva Europa sin fronteras".

"En ese proceso, el principal desgaste lo está llevando el concepto de Estado-Nación, o incluso, el modelo de Estado unitario, centralista. Por eso, considero importante el resurgir de los pueblos, ya que si se evitan radicalismos, generará una energía que pueda darle nuevo impulso a la vieja Europa de los Estados, o, mejor, de los Gobiernos centrales", subraya Eiroa.

Iñaki Anasagasti, portavoz del PNV en el Congreso, cree que no es contradictoria la supranaionalidad con los nacionalismos. "Los actuales Estados europeos, en su gran mayoría, obedecen a coyunturas históricas que van desde guerras hasta pactos y bodas entre príncipes".

"Los nacionalismos democráticos de la actual Europa comunitaria no quieren poner fronteras, sino quitarlas, pero asimismo solicitan su encaje y reconocimiento dentro de una Europa plural que están construyendo los Estados muchas veces a espaldas de estas realidades", afirma Anasagasti.

CONTRA LA REALIDAD

Para Alberto Riz-Gallardón, portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, "en vísperas del siglo XXI y caminando Europa hacia una unidad superior, los nacionalismos deben cumplir un papel distinto al que jugaron en otras épocas históricas".

Recalca que el neonacionalismo actual debe desempeñar en España, como lo ha hecho en Alemania, un papel integrador. "El proyecto nacional que constituye el Estado de las Autonomías no es estático, sino dinámico, y se enriquece precisamente desde las singularidades regionales y la undad española", recalca.

"Un enriquecimiento", dice más adelante, "no puede ir contra la realidad ni contra la Historia. En España no hay más nación histórica que la nación española, pero los nacionalismos pueden contribuir a su construcción y a su integración en una realidad mejor".

El presidente de Canarias, Jerónimo Saavedra, destaca el efecto pernicioso que han tenido en algunas concepciones nacionalistas los acontecimientos de la Europa del Este. "Algunos de sus representantes -como ha ocurrio en Canarias- han aprovechado para fomentar el egoísmo y exacerbar los sentimientos. No es buena fórmula".

Jesús Aizpún, presidente de Unión del Pueblo Navarro (UPN), considera que a los propios nacionalistas del Estado español "es difícil entenderles, a veces, si hablan solamente de profundizar el autogobierno dentro de la unidad de España o si pretenden lisa y llanamente la independencia".

"El nacionalismo radical -léase independentismo- no tiene sentido en ningún caso. Un Euskadi independient, sin Navarra ni Iparralde, que rechazan de plano su integración en Euskadi, sería absolutamente inviable. Si además, se encuadra en una Europa supranacional, es más evidente que no tiene ningún sentido", afirma Aizpún.

(SERVIMEDIA)
26 Dic 1991
JRN