PUJOL ALERTA DEL PELIGRO DE QUE SE ROMPA LA CONVIVENCIA DEMOCRATICA POR EL "CLIMA ENRARECIDO" QUE VIVE ESPAÑA
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El presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, aprovechó esta noche el acto de entrega del II Premio Blanquerna a Adolfo Suárez para hacer una llamada de atención sobre el peligro de que los logros de 20 años de transición se queden en nada por el "clima enrarecido" qe está viviendo España en los últimos días.
Pujol aprovechó un acto que congregó a los principales políticos y empresarios del país para, sin nombrar a Felipe González, hacer un paralelismo entre la situación que está atravesando y la que vivió Suárez a finales de los años 70 y principios de los 80.
El líder catalán entonó, en nombre del conjunto de los españoles, el 'mea culpa' por el trato "injusto que se dispensó al ex presidente de UCD. Un hombre que sufrió en lo político y en lo personal en quellos años". Y llegó a afirmar que España no va a ser una democracia "plenamente consolidada hasta que todos hayamos sufrido (...), lo que es la embestida feroz, la calumnia, la crítica despiadada".
En ningún momento el presidente de la Generalitat aludió al actual presidente, Felipe González, pero sí siguió en las comparaciones entre aquella época y esta.
Calificó de "pequeño relámpago siniestro" el que a veces se desata en España, que tiene "algo de envidia profunda", de "falta de convivencia de incivismo". No puede ser, añadió, que España termine en un "Guadiana siniestro" e instó a los españoles a controlar sus pasiones, sus demonios familiares para no volver a la época de "la juerga" y el todo vale con tal de derrocar al Ejecutivo.
Pujol prosiguió su 'mea culpa' diciendo que de algunas de las críticas "injustas, falsas y sectarias" tienen culpa todos. Por último, formuló la siguiente reflexión: en este momento, en que también abundan las críticas duras que buscan la destrucción del advrsario, la experiencia debiera obligarnos a extremar la prudencia para no repetir errores del pasado.
Pujol justificó la concesión del II Premio Blanquerna a Suárez por su labor, no exenta de tensiones, en pro del reconocimiento del hecho diferencial catalán. Afirmó que "no fue un proceso fácil", porque incluso el propio Suárez, formado en una cultura centralista, recordó Pujol, no comprendió en un principio de qué se trataba.
Por ello, argumentó, es más merecedor de este premio, porque supo enteder que la modernidad de España pasaba por el reconocimiento de las diferencias entre sus pueblos.
Por su parte, Adolfo Suárez, que intervino antes de Pujol, no hizo referencias a la situación actual. Simplemente dijo que en los cinco años en que estuvo como presidente del Gobierno (1976-1981) su única obsesión fue "convencer" a los españoles de la necesidad del cambio de sistema político y nunca permanecer en el poder a toda costa.
"Mi política, añadió, "siempre ha estado al servicio de los ideaes y no a la inversa. Sólo así podrán los políticos dignificar la vida política".
En el acto de entrega del Premio Blanquerna, galardón instituído por la Generalitat de Cataluña para reconocer a las personalidades y entidades que más se distingan por trabajar a favor del reconocimiento del hecho diferencial catalán, se dieron cita políticos de la transición y de hoy en día.
Así, se pudo ver junto a Suárez, al capitán general Gutiérrez Mellado y a políticos como José María Benegas, Alfredo Pérez Rbalcaba, Joaquín Leguina, Miquel Roca, Joaquim Molins, José Ramón Caso, Fernando Ledesma, el Defensor del Pueblo, Fernando Alvarez de Miranda, y personalidades del mundo empresarial como Jesús de Polanco y Claudio Boada, entre otros.
(SERVIMEDIA)
12 Ene 1995
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