El industrial, propietario de la empresa Hilados y Tejidos Puigneró, con fábricas en las poblaciones de Rosa de Ter y Sant Bertomeu, en la comarca barcelonesa de Osona, quiso salir "al paso de las malas interpretaciones" producidas por el efecto de su encarcelamiento sobre su compañía, y expresó, a través de un comunicado, su confianza en las personas que dejará a frente de sus empresas, que ocupan a unas 2.000 personas.

Puigneró, de 66 años, dijo estar a disposición de la justicia y cumplimentando los trámites para su inmediato ingreso en prisión, aunque tiene tres días para hacerlo, según la ley.

El empresario también garantiza "la continuidad de las medidas tomadas hasta la fecha para regenerar las rieras Sorreig y Tuta" (afluentes del Ter), y que contemplan la finalización de la auditoría medioambiental que se lleva a cabo, el pago del aval bancario pr 25 millones de pesetas como coste de las actuaciones de esta auditoría y la revisión y control de la depuradora biológica puesta en marcha hace un año en sus empresas.