Rodríguez Zapatero, que se acreditó esta tarde como delegado, lamentó tener que estar continuamente "desmintiendo acuerdos, antes con otro candidato y ahora con una candidata. Tengo mucho respeto por ellos, pero no ha habido ningún proceso de diálogo ni de acuerdo", dijo.

"La voz es la de los delegados, es el momeno soberano de la responsabilidad individual de los delegados; así va a ser el sábado, ellos decidirán el futuro de este partido y de su dirección y eso es perfectamente compatible", precisó, "con la voluntad clara, creo que de cualquiera que sea elegido secretario general de tener una actitud de cohesión y de integración amplia".

El aspirante al liderazgo socialista negó también que haya recibido presiones para pactar con José Bono. "No he sentido nunca presiones. Puede ser que haya reflexiones, que aemás respeto mucho, indicaciones que también escucho, pero en ningún momento he sentido ninguna presión".

"Este ha sido un proceso libre dentro del Partido Socialista, profundamente democrático, y además creo que va a ser un proceso que va a acabar bien y que nos va a devolver mucha alegría, mucho optimismo, y mucha confianza en nosotros mismos", añadió.

Rodríguez Zapatero aseguró que un Congreso "de la formación política en la que crees, por la que luchas, es siempre un acto de optimismo. Creo qe este va a ser un congreso de trascendencia histórica y de cambio, para dar una nueva etapa al socialismo español, una etapa fuerte, de modernización, de esperanza y de volver a encontrarnos con la mayoría de la sociedad, que está deseando y esperando para volvernos a querer mayoritariamente".

Finalmente, reiteró su deseo de que Felipe González sea presidente del partido, pero recordó que esa decisión depende d ela voluntad de los delegados y de la del propio ex presidente del Gobierno. En todo caso,consideró que ese no es el debate central del Congreso.