Martínez-Pujalte fue expulsado del hemiciclo por el presidente del Congreso, Manuel Marín, después de tres llamadas consecutivas al orden y en medio de un enrarecido clima por los gritos de "dimisión" proferidos al ministro José Antonio Alonso a cuento del "caso Bono".

Después de una sesión "difícil de calificar", López Garrido lamentó en los pasillos del Congreso "que, en el templo de la palabra, el Grupo Popular se haya dedicado a insultar e impedir que un miembro del Gobierno haga uso de la palabra".

En su opinión, todo obedece a una "estrategia perfectamente preparada y orquestada" para protagonizar en el pleno un "acto profundamente antidemocrático y antiparlamentario".

Los ciudadanos recordarán, dijo el dirigente socialista, que el día en el que pleno del Congreso votaba el envío de militares españoles "a una misión de riesgo" en Afganistán el principal partido de la oposición mostró "una absoluta falta de respeto al Ejército, a la solidaridad internacional y a las instituciones democráticas, como viene haciendo desde que perdió las elecciones".

López Garrido alertó al PP de que los ciudadanos no quieren una España "dirigida por quienes se comportan como vulgares agitadores vociferantes".

Ante el anuncio del PP de pedir la reprobación del presidente del Congreso, Manuel Marín, López Garrido elogió "la forma ejemplar" de dirigir la sesión y también "la absoluta serenidad" de los demás grupos parlamentarios.