Blanco aseguró, en la rueda de prensa posterior a la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, que la reacción del PP ante la retirada de esta estatua es una prueba más de que han pasado "del centro reformista a la derecha inmovilista".

Con la misma tesis defendida por el Gobierno, Blanco aseguró que la retirada es "un acto de normalidad democrática". La historia reciente de Europa está plagada de dictadores, subrayó Blanco, pero en ningún país europeo sus estatuas siguen en las calles, "y menos en un lugar público ligado a un espacio oficial".

Los países europeos soportan el peso de esas dictaduras en su historia, dijo, "pero no las homenajean" por las calles y plazas. Por eso, recordó, el PSOE ha impulsado diversas iniciativas en todos los niveles de la administración para retirar determinados símbolos.

No obstante, dijo, el PP puede incluir en su programa electoral la reposición de esa estatua y, si el respaldo mayoritario se lo permite, colocarla de nuevo donde estaba.