El documento subraya que la decisión de convocar elecciones generales para el 3 de marzo pretendía serenar ese clima político y cumplir metas importantes para el país, lejos de las acuaciones de la derecha, que interpretó esta medida como un intento de ganar tiempo por parte del Gobierno.

"La crispación incesantemente atizada por la derecha y por la dirección de IU y su recurso sistemático a los escándalos para enturbiar la toma de decisiones", señala eL informe, "perjudicaban seriamente al interés general al poner en tela de juicio objetivos que deberían ser compartidos por cualquier partido responsable".

Estos objetivos citados en el informe, que fue defendido por Felipe Gonález, eran el éxito de la Presidencia Española de la Unión Europea, completar el trabajo legislativo pendiente aprobando proyectos de gran envergadura como el nuevo Código Penal, así como la consecución de los presupuestos para 1996.

Sin embargo, el PSOE denuncia al PP por no reconocer los logros del Gobierno y por centrar sus actuaciones en la "deslegitimación" y "estigmatización" colectiva de los socialistas, "generalizando de forma tan irresponsable como desvergonzada a partir de escándalos particuares y tratando de pasar por alto los casos de corrupción y las irregularidades surgidas en sus propias filas".

LIDERAZGO INEXISTENTE

En este sentido, el análisis que los socialistas hacen es que el PP es consciente de que su única fuerza "viene de nuestro desgaste, ya que ni su liderazgo inexistente ni su programa oculto pueden crear no ya ilusión sino simple credibilidad".

El informe político debatido en el Comité federal del PSOE alude a la existencia de una trama que planteó un pulso al Estdo y a la irresponsabilidad de los populares al impulsar la creación de una comisión de investigación de los GAL en el Senado, paralela a la investigación judicial en curso.

Los socialistas estiman que en esta "línea de erosión al Gobierno", que incluso pone en peligro a las propias instituciones democráticas, la derecha ha venido contando hasta hoy con la "constante" e "inestimable" complicidad de núcleo dirigente de IU.

"Resulta especialmente llamativo", concluye el documento, "que una coalició que dice actuar con la bandera de progreso social acepte entrar en un juego electoralista en contra de los intereses generales, negando la existencia de la trama contra toda evidencia, en vez de sumarse a la defensa el Estado democrático y de su autonomía".