Jiménez y Simancas visitaron a los alumnos del colegio público Concepción Arenal, de Carabanchel, que soportan un nivel de ruido muy por encima de lo permitido en la legislación europea, como consecuencia de que las obras de remodelación de la M-30 discurren a pocos metros de sus aulas.

Según Jiménez, polvo, ruido y contaminación es el precio que han de soportar los niños porque el ayuntamiento no ha tenido en cuenta las consecuencias de las obras en su salud. Aseguró que "más de 25.000 madrileños sufren a menos de cincuenta metros de sus domicilios el impacto de unas obras que eludieron un estudio de impacto ambiental que les hubiera librado de incomodidad y sufrimiento".

La portavoz socialista aseguró que si en el diseño de las obras se hubiera tenido en cuenta a los ciudadanos, hoy los niños del Concepción Arenal no tendrían que soportar ruidos de más de 80 decibelios, cuando el máximo permitido en la normativa europea es de 65.

Los responsables socialistas aprovecharon para reclamar del ayuntamiento y la Comunidad de Madrid un plan de ayudas para reformar edificios que alberguen colegios con más de 25 años de antigüedad y la instalación de pantallas acústicas en aquellos puntos de la ciudad que sufren muy especialmente el impacto de las obras.

Ambos políticos exigieron actuaciones que minimicen el impacto de las actuaciones urbanas y ralentizarlas si fuera preciso para acomodarlas a las necesidades de la población.