Según Jiménez, que se reunió junto con otros concejales socialistas con los trabajadores de Tyco-Electronics, 400 familias están viviendo una situación dramática, porque llevan muchas semanas negociando para evitar que la fábrica de Julián Camarillo cierre y sean despedidos.

Jiménez denunció que el alcalde esté asistiendo "impasible a este drama humano", y dijo que la empresa de alta tecnología Tyco trasladará su producción a Valladolid y Madrid perderá una "oportunidad empresarial, mientras el ayuntamiento lo permite".

El Grupo Municipal Socialista pide la mediación del ayuntamiento para que impida la recalificación del suelo industrial a urbanizable, para negociar con la empresa y reubicarla en otra zona, y para que la Agencia para el Empleo recoloque a los trabajadores. A su juicio, el cierre de esta empresa es un caso más del desmantelamiento del tejido industrial en la capital.

Tyco lleva desarrollando su actividad en Madrid desde hace 25 años y cuenta con una plantilla integrada en su mayoría por personas mayores de 40 años, con un 25% de mujeres. En marzo, la empresa efectuó su venta a un grupo inversor norteamericano y parte de su producción se realiza en China para ahorrar costes, según han asegurado sus trabajadores.