Borrell agradeció a "mucha gente" el apoyo que le ha manifestado mientras estaba viva la posibilidad que fuera elegido secretario general y en especial dio las gracias a los socialistas catalanes, y "a muchos delegados anónimos que me han manifestado su simpatía".

Explicó su decisión de retirarsu candidatura: "he preferido no ser un elemento que planteara problemas, sino que contribuyese a resoverlos. Quiero contribuir a resolver el grave problema que significa la sustitución de Felipe González y no crear problemas añadidos. Por eso, cuando vi que se producía un consenso mayoritario retiré inmediatamente lo que hubiera podido ser una candidatura alternativa, lo cual no quiere decir que no me sienta agradecido y emocionado por las muestras de simpatía y afecto que he recibido".

Para Borrell,"el futuro empieza hoy y no acaba mañana, habrá tiempo de seguir trabajando y concitando la mayor simpatía social posible en torno a los valores que representamos y si yo los represento y la gente se ve reflejada en ellos, pondré al servicio de la Ejecutiva y de mi partido ese pequeño capital humano"

Sobre la posibilidad de que su candidatura a la Secretaría General hubiera salido mejor parada de haberse votado en el pleno, Borrell dijo que se trata de "una especulación que es mejor no hacer. Lo pasad, pasado está. El futuro empieza hoy, pero no termina mañana. Nadie sabe que hubiera pasado si las cosas se hubiera hecho de otra forma, pero eso no tiene importancia. El secretario general es Joaquín Almunia, yo soy miembro de su Ejecutiva y voy a trabajar en las tareas que se me encarguen con la mayor de las lealtades y de las disponibilidades".

"Más importante que los nombres de las personas es la unidad del partido, porque la gente quiere una organización sólida y el futuro está por delante", insitió.

Acerca de su papel en el desarrollo del Congreso, dijo que su intención fue promover la participación de todos los delegados y "avanzar por el camino de la democratización del Partido Socialista, que es a fin de cuentas lo que nos dijo Felipe González".

Aunque reconoció que sólo 48 horas "no se puede hacer todo", sí insistió que se pueden marcar lineas de actuación y sobre todo adoptar la decisión de trabajar para "superar los problemas del pasado".