En declaraciones a Radio Nacional, Guerra atribuyó esa iniciativa, aunque sin citarlos finalmente por sus hombres, a los llamados 'barones' regionales del PSOE y al secretario de Organización, Cipriá Ciscar, de quien dijo que si algo tiene que ser renovado es precisamente su secretaría.

"El 95 por ciento del partido está manifestando que no quiere (que se vaya de la vicesecretario general", señaló Guerra, quien seguró que su propósito es impedir que esos seis dirigentes tengan más poder para decidir que la militancia.

Añadió que para él lo que decida el partido es "palabra de Dios, pero seis de ninguna manera, sobre todo utilizando procedimientos que no son democráticos. Porque si hubiera que decidir algo lo que habría que decidir es renovar la Secretaría de Organización, porque está utilizando procedimientos no democráticos, y lo sabe toda la organización".

Guerra dijo que "un trozo de la dirección" prtende dar por sentado antes del Congreso que hay que cambiar la estructura de la Ejecutiva. "¿Eso es democracia? Eso no es democracia. Eso es conspiración".

BATALLA POR LA SUCESION

Aseguró que nunca ha tenido la apetencia de ser el "número uno" del PSOE, pero "los otros sí quieren" y han armado un "lío" que se remontan, en su opinión, a la equivocación que cometió Felipe González al decir en 1989 que ya se iba a presentar más como cartel electoral.

Guerra dijo que, en esa batalla por la sucesió, la derecha siempre ha considerado que él era un obstáculo y la paradoja es que ahora también piensan así "pocos, pero algunos de estos que llaman en los periódicos barones".

Reiteró que en el reparto de papeles que la sociedad atribuyó a González y a Guerra "parece que a mí me tocaba la parte dura" y tenía que "hacer de burladero para evitar que los golpes llegaran a donde no debían llegar. En ese terreno, me parece que la lealtad está absolutamente probada".

PRESIONES

Según Guerra, aunque el95 por ciento de la militancia le apoya es muy posible que no cuente con ese respaldo en el Congreso por las maniobras del aparato del partido para presionar a los delegados.

"Algunos, con lágrimas probablemente, votarán lo contrario de lo que han votado anteriormente", señaló, y puso como ejemplo que en Cataluña y en Castilla y León "hay un clarísimo posicionamiento general sobre un tema (entre los militantes) y los que dicen que les representan les dicen que hay que hacer lo contrario".

Al pregntarle cómo serán posibles las presiones en el Congreso al ser el voto secreto, contestó: "alguna gente puede tener un cierto temor de que cuando vuelven a sus lugares tienen que hacer sus Congresos; en fin, hay cierta presión porque es humano que la gente quiera su propia supervivencia política".

"PELIGRO DE BALCANIZACION"

Por otra parte, Guerra dijo que el 34 Congreso del PSOE debería abordar los grandes problemas de España, entre los apuntó "el peligro de balcanización" territorial, el paro, el trrorismo y el Estado del Bienestar.

El vicesecretario general reiteró que una reunión de la Ejecutiva del PSOE se planteó suprimir la "O" de obrero, aunque "se descartó inmediatamente".