"Un congreso extraordinario hubiera sido una soluciónnormal, lógica y política, después de las primarias, pero seis meses después sería una crisis. Yo creo que en este momento", dijo, "tenemos que hacer un esfuerzo considerable porque esa situación crítica no se produzca. A mí me parece que el congreso extraordinario, que pudo ser normal hace seis meses, hoy es profundamente inoportuno".

Opinó que ese congreso significaría "la cristalización de un fracaso político, además no lo entendería la organización que ha votado en primarias en una determinada dircción y sería difícilmente explicable delante de los ciudadanos".

Por ello, se mostró partidario, dada la situación de hecho, de encontrar una solución dentro de la organización "lo más posibilista y lo más razonable posible".

En su opinión, hay que actuar poniendo como objetivos dos cosas: los intereses generales del país y los intereses generales de la organización.

"Hace muchos años", explicó, "un líder socialista decía que cuando se era capaz de articular los intereses de la organizacióncon los intereses de los españoles se producía un gran avance histórico. El PSOE fue capaz de dar un gran avance histórico al principio de la década de los ochenta y en estos momentos tenemos que hacer una operación parecida, porque hay mucha gente que siente que el Gobierno de la derecha dualiza, segmenta, crispa, hace intolerante a la sociedad española".

"Por tanto", concluyó, "tenemos que hacer una oferta política que sea capaz de superar esas dificultades. Y eso tiene un trabajo interno y una plasación externa, y un congreso extraordinario no contribuye ni a lo uno ni a lo otro, porque ensimisma a la organización", afirmó.