Después de meses con la reforma paralizada, el presidente del Congreso, Manuel Marín, ha convocado a los grupos para tratar de revitalizar esa reforma y hacer un nuevo intento de sacarla adelante.

López Garrido recordó en rueda de prensa que existe un amplio acuerdo con el PP para esa reforma, sobre todo en los puntos que pretenden reforzar el control al Gobierno y los márgenes de la oposición.

Queda un punto pendiente, reconoció, que es la regulación de la utilización de las lenguas cooficiales en las sesiones del Congreso.

López Garrido aseguró que los socialistas están dispuestos a aceptar cualquier posición sobre este punto, incluida la posibilidad de sacar adelante el conjunto de la reforma dejando este punto para más adelante.

Otra opción que barajan es oficializar el "modelo Marín", impulsado al comienzo de la legislatura por el presidente del Congreso, consistente en permitir un uso moderado de las lenguas cooficiales en las sesiones plenarias, siempre que el propio orador lo tradujera después.

Ese modelo fue retirado pocas semanas después por el propio Marín, por entender que algunos grupos habían abusado de su buena fe.

"Estamos dispuestos a cualquier solución, pero a lo que no estamos dispuestos es a que no se haga con consenso. No vamos a hacer una reforma sin el PP ni sin el resto de los grupos", dijo el portavoz socialista.