Según el concejal socialista responsable de Medio Ambiente, Pedro Santín, es una Ordenanza "ambigua y demagógica" y su aplicación es prácticamente imposible al haber cedido el Ayuntamiento al Canal de Isabel II las infraestructuras en materia de saneamiento, depuración y abastecimiento de la ciudad, a cambio de 700 millones de euros "para financiar la obra de la M-30".

El PSOE madrileño critica también que esta medida se aplique a la ciudadanía y no a los servicios del propio Consistorio, que consume en riego de parques, baldeo de calles, piscinas y fuentes más de 15.000 millones de litros de agua potable al año, lo que equivale al consumo de una ciudad de 70.000 habitantes. El edil socialista afirma que esta norma deja "impunes los despilfarros de agua de los servicios municipales, que suponen más de cinco millones de metros cúbicos al año".

Los socialistas creen que el Ayuntamiento no garantiza el suministro de agua de la capital y tampoco establece medidas para obligar al Canal de Isabel II a reducir las fugas de agua en la red, que alcanzan el 19,2% del volumen de agua que llega a la ciudad. Este porcentaje ha crecido un 10% los últimos tres años y el PSOE lo atribuye a la falta de inversiones para la renovación de la red de abstecimiento.