Según informaron en rueda de prensa el presidente de la Comisión Política, Manuel Chaves, y la coordinadora de la ponencia, Cristina Alberdi, el texto, que ocupa 3 páginas, no se pronuncia sobre la continuidad de las primarias, la limitación de mandatos, y otras cuestiones orgánicas.

Tan sólo plantea dos posibilidades para la elección de la dirección: que el secretario general y el conjunto de la Ejecutiva se elijan por el método tradicional, es decir, en una sola votación, o bien modificar los estatutos para elegirlos por separado. En todo caso, será el Congreso el que finalmente se decante por ésta u otra fórmula. La ponencia propone, eso sí, que la Ejecutivase elija sin definición de tareas y que sea el secretario general electo el que después designe a cada miembro su labor.

En virtud de este deseo de la Comisión Política de dejar al Congreso, como órgano soberano, todas las posibles modificaciones estatutarias, la ponencia tampoco se pronuncia sobre la posibilidad de elegir a los delegados en listas abiertas.

Puesto que los estatutos no contemplan esta posibilidad y el Congreso es el único órgano con capacidad para modificarlos, la elección de delgados en listas abiertas queda descartada para el 35 Congreso y, si se incluye en los nuevos estatutos, se aplicará en futuras convocatorias congresuales.

DIRECCION FUERTE

La ponencia deja claro que los órganos del PSOE deben ser los primeros garantes de la participación y la democracia que el partido propugna en la sociedad, pero precisa que estos principios no son incompatibles con la elección "de una dirección fuerte y de equipos cohesionados".

A este objetivo obedece la propuesta de la Comiión Política de elegir, en votaciones separadas, al secretario general y al resto de la Ejecutiva. Esta fórmula permitiría, según sus promotores, designar a una dirección plenamente compenetrada con el máximo líder del partido.

Chaves apuntó también que este método aumentaría el margen de maniobra del secretario general para coordinar los trabajos de la Comisión Ejecutiva en cada momento, y dotaría de más flexibilidad a este órgano de dirección.

En todo caso, este punto, como el resto de los precptos de la ponencia, puede ser objeto de enmiendas, tanto en el Comité Federal como en el propio Congreso. Ambos organos pueden también plantear alguna otra posibilidad que no esté en este momento recogido en el texto.

La ponencia no se pronuncia tampoco sobre "la causa común de la izquierda". Según explicó Chaves, se debe al deseo de respetar la competencia que tiene el Congreso para establecer el marco de alianzas del partido, cuya aplicación concreta delega después en la Ejecutiva y en el Comité Feeral.

En cuanto a los candidatos para ocupar la Secretaría General, Chaves precisó que la Comisión Política no tiene competencia para poner ningún tipo de plazo a la presentación oficial de aspirantes. Nada puede evitar, dijo, que se presenten candidaturas, incluso, en el propio Congreso.

Chaves no excluyó que en los próximos días se conozcan más aspirantes, pero puntualizó que, hasta el momento, sólo se conoce la candidatura de Rosa Díez y la "disponibilidad" mostrada por el presidente de Castila-La Mancha, José Bono.

ANALISIS DE LA DERROTA

La ponencia comienza con un análisis de las causas de la derrota electoral del 12 de marzo y, remontándose más atrás, de la tendencia descendente del apoyo ciudadano a los socialistas, iniciada en 1991.

A partir de ahí, según explicó Alberdi, los socialistas hacen un análisis "bastante crítico" de su gestión, y concluyen que se ha desdibujado su proyecto, que han fracasado en cierta medida su labor de oposición, y que no se han reivindicado con sufciente insistencia los logros alcanzados surante los catorce años de Gobierno del PSOE.

A continuación, la ponencia analiza el contexto político actual, en el que el PSOE, un partido con vocación mayoritaria y con el objetivo de recuperar la confianza de la mayoría de los ciudadanos, debe dar respuesta a los nuevos desafíos de la sociedad, tales como la globalización, los cambios tecnológicos, o la nueva configuración del Estado derivada del traspaso de competencias a la Unión Europea, por un lado, ylas comunidades autónomas y ayuntamientos, por otro.

A raíz de este análisis, la ponencia sienta las bases de lo que debe ser el proyecto político del PSOE, sin entrar en propuestas concretas. En este punto, defiende una concepción de España concretada en un único modelo de Estado para todo el territorio, pero respetando la pluralidad de nacionalidades que lo integran.

En este mismo punto también se subrayan los grandes principios sobre los que se debe basar el proyecto socialista, como la cohesón social, la potenciación de políticas activas que reduzcan la exclusión social, la igualdad de sexos y la consiguiente luha contra la violencia doméstica, o la respuesta a los retos derivados de la evolución demográfica y de las migraciones.

Los socialistas hacen en este punto una mención especial a la necesidad de alcanzar la convergencia real con Europa, y señalan cinco déficits actuales que nuestro país debe superar: el laboral, el tecnológico, el formativo, el de la flexibilidad del sistema prodctivo, y el de la protección social.

Con estos objetivos, la ponencia fija las bases de una nueva estrategia del PSOE, que obedezca a su vocación de mayoría, que refleje los intereses generales, que tenga en cuenta que el objetivo es gobernar y, por tanto, que proponga alternativas creíbles y viables, y que reafirme su compromiso con la democracia.

Este último punto, el compromiso con la democracia, es el argumento esgrimido en la ponencia para subrayar la necesidad de responder al clamor de la mlitancia por incrementar la participación en la toma de decisiones y reflejar en los órganos de dirección la democracia propugnada por el partido.