"Durante trece años y medio, Felipe González ha comparecido en el Parlamento asumiendo su responsabilidad de gobierno, dando explicaciones de lo que ha hecho. Si miramos el Diario de Sesiones, se preguntó, ¿a ver cuántas veces en trece años y medio e incluso en esta etapa (Guerra) ha estado dando la cara como él ha dicho por Felipe González?".

"Felipe González ha dado siempre la cara ante cada una de sus decisionesAlfonso Guerra, la suya, para exponer sus ideas y decir lo que estimaba oportuno", dijo Ciscar a la Cadena Ser.

Preguntado si González puede anunciar el domingo que es su última etapa como secretario general, Ciscar dijo: "Yo no sé exactamente lo que va a decir Felipe González en el Congreso, pero estoy seguro de que dirá todo lo que piensa a los delegados para que adopten las decisiones que estimen más oportunas".

En esa misma línea, manifestó que "Felipe González siempre ha mostrado su disponiilidad para no estar y ha aceptado hasta ahora la responsabilidad que los demás le hemos pedido. Y aquí hay un contraste de quienes parece demuestran disponibilidad para estar, deseo de estar o defensa del puesto en el que están y quien realmente impulsa el cambio que le puede afectar a sí mismo".

Preguntado si González es un "tapón" para la renovación del PSOE, Ciscar dijo que "hasta ahora, Felipe González ha sido impulsor de cambios y de renovación en el propio partido. Y eso en los últimos veinte aos es una realidad, produciendo e impulsado reformas que en su momento ha sometido, como es lógico, a la decisión de quien correspondía, de los delegados en un Congreso o de los dirigentes del partido en el Comité federal. Y éste es un momento clave para esto".

POLARIZADO EN GUERRA

Ciscar no quiso pronunciarse sobre quién es el responsable de que el Congreso se esté polarizando en torno a la continuidad o no de Alfonso Guerra.

"No hay que buscar responsables o culpables sobre dónde se ha situad el eje o el interés de este congreso. Sin duda hubiera interesado hablar de los temas de fondo, de empleo, de sanidad, de educación, de estructyura autonómica de España, de construcción europea y la Europa solidaria, de democracia paritaria, de mejoras en la propia organización. Pero lo cierto es que se ha centrado la atención informativa en la presencia o no presencia de Alfonso Guerra".

"Yo creo que esto", añádió, "hay que relacionarlo con un impulso de cambio importante en este Congreso y con que uede haber situaciones de resistencia a esos cambios o de patrimonialización del sentido del partido".

LA SUCESION

Ciscar consideró "respetable, pero no ajustada a la realidad" la opinión de Alfonso Guerra sobre la sucesión de González, "entre otras razones", dijo, "porque nadie está pensando en que vaya a decidir esas cuestiones un pequeño sanedrían, sino que cuando se produzcan decisiones de esas caracteristicas interviene todo el partido y da su opinioón todo el partido".

En cuanto a las preiones de algunos barones para estar en la Ejecutiva, Ciscar dijo: "La impresión que yo tengo y la que he sacado de las conversdaciones con los secretarios generales es la de la mejor disponibilidad también para no estar o para dejar de estar. Se comprobará con lo que cada uno diga y haga en los próximos días en el Congreso.

Ciscar consideró "respetable" que los guerristas no quieran estar en la Ejecutiva si no está Alfonso Guerra como número 2, "si es que ese es el planteamiento", del que dijo que tena conocimiento por los medios de comunicación.

Aseguró "desconocer" si Felipe González y Alfonso Guerra han hablado en privado, auque señaló que señalo que cada semana hay reuniones de la Ejecutiva Federal o la Comisión Permanente "y allí nos vemos todos y hablamos de lo que tenemos que hablar".

Sobre la polémica respecto a la "O" de las siglas, Ciscar se mostró convencido de que de este Congreso "salimos con las cuatro letras que ahora hay, por lo tanto este no es un problema. Ahora es verdad qu algunos intentan dar a todo esto un cierto sentido religioso. Para mí el Partido Socialista es un instrumento y no una finalidad, y creo que a veces un excesivo sentido religioso en un partido puede conducir también a un fundamentalismo".