"Podéis tener la seguridad", dijo, "de que pondré tanto empeño en hacerme digno de vuestra confianza como el que e puesto en conseguirla. Nada me queda en la vida más importante por hacer que no defraudaros".

Borrell destacó la "voluntad política" del secretario general, Joaquín Almunia, que intuyó la necesidad de un procedimiento nuevo para elegir al candidato "que implicase más a la organización y produjera un eco social positivo". "Necesitábamos un estímulo para enfocar el futuro con nuevos proyectos y nuevas ilusiones", afirmó.

El candidato también tuvo un recuerdo para la etapa de Felipe González al frnte del Gobierno. Propuso "recuperar el orgullo de la gigantesca transformación que hemos impulsado en España y, apoyándonos en él, ofrecer al país una nueva ambición para afrontar con lucidez y solidaridad los problemas de hoy y de mañana, que son distintos de los que resolvimos ayer".

IDEARIO

Borrell expuso durante su intervención un avance del programa que pretende. "Debemos impulsar una nueva dimensión ética de la política y, más aún, de la convivencia. Hemos de pensar en el futuro y en las persnas, respetando la palabra dada y cumpliendo los compromisos. Poniendo el mismo empeño en hacer efectivo el derecho al trabajo que en cumplir los criterios de convergencia monetaria. Impulsando un nuevo pacto de igualdad entre hombres y mujeres".

"Haciendo de la educación", agregó, "no sólo un derecho, sino un deber de todos con todos. Explicando a nuestros ciudadanos que, frente a una derecha que sólo piensa en liberalizar, desregular, privatizar y desfiscalizar, la Humanidad ha progresado precisamene dotándose de reglas. Que además de ser competitivos hemos de ser capaces de cooperar, que no se pueden pagar pensiones sin recaudar impuestos, y que la acción pública es, a veces, una mejor solución para muchos problemas que la mera búsqueda de la satisfacción individual de cada ciudadano, reducido al papel de consumidor y espectador".

Borrell resaltó que hay que evitar que la libertad expresada por los militantes en las primarias "conduzca a la crisis" y resaltó que para él "las primarias no eran l segunda vuelta del Congreso".

"Os pedí el voto dejando bien claro que no era el voto vontra nadie y que no debía tener ninguna consecuencia ni implicación que fuese más allá de la pregunta que se formulaba a los militantes", recordó. "Y os digo ahora a todos que la confianza que en mí depositasteis como candidato sólo deber ser utilizada para conseguir ganar las próximas elecciones generales".

CATALAN EN ESPAÑA

Borrell aseguró que las primarias le han servido "para constatar que hay en España ucho respeto y afecto hacia Cataluña. Y los que explican un proyecto para España con acento catalán no generan rechazó, sino simpatía".

"Os aseguro", añadió, "que en Valladolid se entiende perfectamente lo que puede sentir un niño al que, en nombre de un imperio de pacotilla y alpargata, se le prohibe hablar en la lengua de su madre".

"Os sorprenderíais de la cantidad de andaluces, gallegos, extremeños, manchegos, etcétera que me saludaban en catalán, orgullosos de hacerlo. Y os aseguro que lo halaban mejor que Aznar, porque no lo habían aprendido en la intimidad de oscuros diálogos sobre reparto de dividendos", continuó.

Señaló también que las primarias han tenido consecuencias externas muy importantes, ya que han contribuido a romper el muro mediático de silencio que les rodeaba. "Nuestras críticas al Gobierno, siendo razonadas y razonables, no llegaban a crear opinión. España se iba hundiendo en una anestesia colectiva, propagada por el sonsonete monocorde de 'España va bien', que había deado de ser una broma para pasar a ser un somnífero".

Borrell se mostró partidario de reconstruir una mayoría de progreso "que no se resigne a creer que hay una sola política posible. Que sabe que si la derecha de hoy es mala, la de mañana será peor. Que si el PP de hoy hace que España sea un país más pequeño, más gris, más triste, más resignado, el de mañana será peor porque mostrará su cara aún más intolerante, áspera y ultraliberal sin remilgos".

Dentro de poco, agregó, "esta España se encontraá de nuevo en una encrucijada de la que partirán dos caminos. Uno en la dirección de un país donde los derechos peligran o se convierten en mercancías, habitado por la desigualdad y la intolerancia".

El otro camino, "el que nos gustaría representar, conduce hacia una sociedad cohesionada, con derechos garantizados por el cumplimiento de los deberes, un país con mercados eficientes pero con cohesión social, donde la palabra signifique compromiso, donde la razón acabe teniendo razón y donde la bondad inrínseca que brillaba en los ojos de Pablo Iglesias esté de moda. Donde sea bueno ser bueno".