La amplia cobertura que los medios de comunicación aragoneses y nacionales han dado a este acto ha cogido por sorprea a los dirigentes socialistas, que consideran que están pagando un precio demasiado alto por su lealtad a la dirección nacional del partido.

Los socialistas denuncian por otro lado que el Partido Popular (PP), que también respaldó el pacto autonómico, está jugando a un doble juego, que les está dando buenos resultados.

Un concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Zaragoza manifestó a esta agencia: "Personalmente, me hubiera gustado ir a Madrid, pero nuestro problema es que si alguno de nosotros huiera ido a manifestarse a Madrid, hoy estaría cesado de sus cargos y expulsado del partido, mientras que en el PP cada uno hace de su capa un sayo".

Para complicar aún más las cosas, un reciente sondeo de opinión efectuado por el PSOE muestra que si ahora hubiera elecciones generales, el Partido Socialista perdería en Zaragoza un escaño en favor del Partido Aragonés (PAR). De los 7 actuales, el PSOE tiene 3, el PP 2, el PAR uno e IU uno.

Los socialistas culpan al PP de la situación actual, "ya qu el movimiento autonomista no hubiera llegado tan lejos si no hubiera recibido tanto aliento de la Diputación General de Aragón, que está apoyada por el PP al 50 por ciento".

En el seno del PSOE aragonés había un fuerte sector aragonista, formado por los antiguos militantes del Partido Socialista Aragonés, que se aglutinó con el PSOE en 1978. El primer presidente socialista del Gobierno aragonés, Santiago Marraco, y la mayor parte de sus consejeros eran miembros de aquella corriente, pero un cambio enla correlación interna de fuerzas en el PSOE marginó a todos los aragonistas.

Ello no impidió que el PSOE obtuviera muy buenos resultados en las elecciones de 1991. Sin embargo, las movilizaciones de autonomistas en este año pueden modificar sustancialmente la situación.

El alcalde de Zaragoza se enfrentó a su partido el pasado 23 de abril participando con la mayoría de sus concejales en una multitudinaria manifestación en Zaragoza, con esloganes y objetivos similares a la celebrada este domingo n Madrid.

En aquella ocasión el alcalde recibió una amonestación personal de Alfonso Guerra, que le citó en Madrid para advertile que la dirección del PSOE no toleraría ninguna otra divergencia de la línea marcada por la Federal del PSOE.

Los socialistas aragoneses confían en que las elecciones generales se retrasen todo lo posible, en la confianza de que se desvanecerá el actual sentimiento autonomista, aunque también hay quienes creen que la situación política ha cambiado sustancialmente y de frma permanente en favor de los partidos autonomistas.