"Cuando fui ministro, gestor, nunca me pareció que me arrancaran las uñas" al aprobar traspasos a las comunidades autónomas, siempre que las trnsferencias entraran en el marco de la Constitución, agregó.

Almunia señaló esta "diferencia de matiz" al responder a una pregunta de uno de los asistentes al acto organizado esta tarde por la Fundación "Alternativas" en un hotel madrileño.

No obstante, aseguró que no ve "demasiadas diferencias" entre ambos y que este matiz en política autonómica no impidió que los dos estuvieran de acuerdo al aprobar el documento sobre el modelo de Estado del PSOE.

RETRANSMISION DE FUTBOL

El secretario geeral no quiso valorar las diferencias ideológicas entre uno y otro establecidas ayer por Borrell y comentó que "los juegos sobre el centro de la izquierda y la izquierda del centro" le suenan a "retransmisión de un partido de futbol".

"Soy socialista de mi tiempo, de finales del siglo XX", afirmó antes de añadir que se siente "comodísimo" en el partido y con las ideas que se aprueban en él, así como en los debates con otros compañeros socialistas de otros países.

Por todo ello, advirtió que "no hy que hacer el maniqueo nunca, y menos en esta campaña". Al contrario, recomendó ser "cuidadoso" para no entrar en el "riesgo" de una posible división que, por el momento, no existe.

Almunia se congratuló de que el partido haya "evitado con éxito" el riesgo de "condicionar" lo que debe ser una decisión libre de los militantes el próximo día 24 y reiteró que no va a contribuir a una "confrontación con quien no es mi adversario político".

"CULTURA DEL APARATO"

A los que le puedan reprochar tener ás apoyos que Borrell desde el "aparato" del partido, les recordó que "si hubiera cultura de aparato las primarias no se hubieran producido" y que, "los pocos" que aún conservan vestigios de esta idea, "tienen carne de gallina".

"Nunca he sido del aparato" como se ha comprobado, dijo, en las reuniones de la Comisión Ejecutiva. Como prueba de que nunca ha pedido nada para favorecerse "personalmente", subrayó que el local utilizado por los miembros de la oficina de apoyo a su candidatura fue "rechazado or Borrell porque le parecía muy pequeño".

A pesar de ser "muy necesario" para el funcionamiento de la organziación, Almunia consideró que cuando el aparato deja de ser un instrumento al servicio de la dirección política, el partido "se anquilosa".

Frente a ello, Almunia reiteró la necesidad de un "nuevo proyecto" que basó en cuatro pilares, un nuevo pacto social que combine el crecimiento económico con la creación de empleo, un esfuerzo inversor en educación, un impulso federal al Estado de las utonomías y la prioridad de la política por encima de poderes no controlados por la soberanía popular, como los financieros o los mediáticos.

Al hablar de la política autonómica, se refirió al "desorden" que, a su juicio, ha provocado el PP y aseguró que, si el presidente del Gobierno y el de la Generalitat de Cataluña se llevan bien es a cambio de "insultar a Andalucía, discriminar a Extremadura" y provocar "privilegios y agravios" entre las distintas comunidades.

Entre las críticas y los reproces al Ejecutivo del PP, advirtió que el PSOE debe "evitar lo que será inevitable si no llegamos al Gobierno, que algún día salga alguien de la derecha señalando con el dedo a la Seguridad Social en quiebra", y subrayó el descenso de ingresos en "setecientos y pico mil millones" del pasado año.