Según el PSOE, el equipo de gobierno fue incapaz de prever la masiva afluencia de madrileños, al disponer un recinto cerrado, reservado para invitados, que impedía a los presentes presenciar y oír el desarrollo y las intervenciones de la recepción a la llama olímpica.

Tras señalar que la deficiente organización constituyó una falta de consideración y de respeto a los asistentes, el grupo socialista destacó que ésta fue la única causa del "razonable y ruidoso desarado mostrado por los vecinos de la Villa".

Por el contrario, el PSOE alabó a la Corona por saber conjugar la dignidad e importancia del acto con los problemas de seguridad, haciendo posible la cercanía y la participación popular.

Los concejales socialistas destacaron, asimismo, que los madrileños, con ocasión del recibimiento y el paso de la antorcha olímpica, han demostrado una vez más "el entusiasmo, el civismo y la solidaridad que les ennoblece".