El Palau Sant Jordi era a las siete y media de la tarde una gran marea de "senyeras" y banderas rojas socialistas para acoger a José Luis Rodríguez Zapatero, Felipe González, José Montilla y Jordi Hereu.

Según la organización, había unas 30.000 personas dentro del recinto, y lo cierto es que las más de 20.000 gradas estaban a rebosar, como también las cerca de 5.000 sillas colocadas en la pista, con un escenario sin fondos para dejar todos los huecos posibles a los asistentes.

Además, se habilitaron salas con pantallas de plasma donde se agolpaban miles de personas que no pudieron acceder a las gradas, y también se quedó gente fuera a pesar de las bajas temperaturas en Montjuic.

Los socialistas tenían previsto celebrar este acto en el Palau Blaugrana, de menor aforo, pero Felipe González retó púbicamente al partido a volver al Sant Jordi, un escenario mítico y que además siempre han dicho que es un termómetro de la participación.

Para llenar este recinto, el principal polideportivo cubierto utilizado en los Juegos Olímpicos de 1992, los socialistas catalanes movilizaron más de 500 autocares y en los días previos habían llenado Cataluña de carteles instando a acudir.

Rodríguez Zapatero estuvo en el Sant Jordi en las elecciones autonómicas catalanas de 2003, antes de ser presidente del Gobierno, en un mitin en el que se comprometió a respaldar el Estatuto que saliera de Cataluña.

Regresó al mismo escenario en la campaña de las elecciones europeas de 2004, ya como presidente, pero en ambos casos el escenario estaba resguardado por unos paneles que tapaban parte de las gradas, reduciendo el aforo.

En una campaña de elecciones generales, los socialistas no acudían al Sant Jordi desde 1996, y en el PSOE se recuerda especialmente un gran acto protagonizado por Felipe González en 1993 que hoy, dicen, ha sido superado.

La cifra de más de 25.000 personas ya era muy satisfactoria para los socialistas, pero aún así unos y otros provocaron un considerable baile de cifras.

Desde la tribuna de oradores la ministra de Vivienda y cabeza de lista al Congreso de los Diputados por Barcelona, Carme Chacón, cifró en 40.000 los asistentes, 35.000 dentro del recinto y 5.000 fuera. Hace treinta años, aseguró, que no había un mitin así en Cataluña.