En un comunicado de prensa, la UPA basa este temor en el incremento "de la influencia del capital extranjero, en este caso francés, en el sector de la gran distribución, con lo cual la comercialización de los productos agroalimentarios españoles se verá condicionada, en mayor grado, a los intereses económicos y políticos de otros países".

"Por otro lado", añade la UPA, "las fuertes imposiciones de los grades grupos de distribución a sus compradores, como es el caso de los pagos aplazados, se verían incrementadas con esta mayor concentración, repercutiendo directamente a los productores de las materias primas. También, los abusivos márgenes comerciales con los que trabajan estos grupos se verán más consolidados, perjudicando directamente a las economías de los agricultores y ganaderos".