Según la COAG, la primera valoración es que "no traerá nada bueno para la agricultura y la gandería española". Castellanos afirmó que el próximo jueves está prevista una reunión de la ejecutiva de la organización agraria, que previsiblemente analizará la fusión y solicitará un informe económico sobre las repercusiones para el sector.

"Tenemos que ser cautos y esperar a conocer sus estrategias comerciales", dijo Castellanos a Servimedia, "pero lo normal es que intenen vender lo más barato posible, sin mirar dónde lo compran y en qué condiciones".

Esto, añadió, "no hace prever nada bueno para el campo y la ganadería en España, pero tampoco para los consumidores. Si las negociaciones para introducir los productos de la tierra con calidad y denominación de origen eran difíciles, ahora lo va a ser aún más".

La consecuencia es que también la oferta para los consumidores se puede resentir, agregó, porque la tendencia demostrada por las grandes superficies comerciles es abundar en las denominadas marcas blancas o propias, en las que se prima el bajo precio sobre la calidad del producto.

Además, advirtió, la fusión aumenta la capacidad de un grupo como este para presionar condiciones de compra que son mortales para muchas pequeñas y medianas explotaciones, y también para los pequeños comercios, "porque a muchos les va a dar la puntilla" con su estrategia de vender productos que pagan seis meses después.