La Coda cree que el comienzo de 1996 "supone una gran ocasión para que el Gobierno francés modifique su postura y decida el abandono de las pruebas nucleares, tanto por el alarmante daño ecológico que supone la realización de estas innecesariasa pruebas como por las graves consecuencias que las mismas están teniendo para las poblaciones del Pacífico Sr".

Una treintena de ayuntamientos han aprobado una moción en la que se comprometen a secundar el apagón y condenan la carrera armamentística nuclear, y la coordinadora de organizaciones ecologistas espera que sean muchos más los que opten por apoyar esta acción simbólica y apaguen a las siete de la tarde y durante un minuto el alumbrado público y las luces navideñas.

Entre los ayuntamientos que han anunciado que participarán en el apagón se encuentran los de Barcelona, Getafe (Madrid), Camargo (antabria), Manresa (Barcelona), Mataró (Barcelona), La Laguna (Canarias), Colmenar Viejo (Madrid), Alcoy (Valencia), Gandía (Valencia), Luarca (Asturias), Barbastro (Huesca), Monzón (Huesca), Haro (La Rioja), Fernán Núñez (Córdoba) y Sabiñánigo (Huesca).

La protesta ciudadana contra las pruebas nucleares francesas se han sucedido desde que el pasado mes de septiembre Francia realizara la primera en el atolón de Mururoa. Desde entonces se han registrado cinco explosiones atómicas en ese atolón y en el e Fangataufa y todavía se producirá una más durante las próximas semanas, según ha anunciado el Ejecutivo galo.

Las últimas pruebas se han ejecutado sin que el Ejército francés encontrara prácticamente oposición, ya que la denominada "flotilla de la paz" fue desmantelada por los comandos galos, que asaltaron barcos, detuvieron a numerosos miembros de la tripulación que se encontraba a bordo de los buques de Greenpeace y todavía mantienen retenidas varias embarcaciones.

Entre los barcos de Greenpece apresados se encuentran los dos más emblemáticos, el "Rainbow Warrior II" y el "MV Greenpeace", que apenas tuvieron tiempo de actuar, ya que en septiembre les fueron arrebatados a la organización ecologista, a pesar de que el segundo ni siquiera llegó a entrar en la zona de exclusión de las pruebas nucleares.

Además, Greenpeace acusa a las autoridades galas de haber detenido a cerca de un centenar de tripulantes, que han sido puestos en libertad progresivamente, y haberse apropiado de un helicópter y más de 30 pequeñas embarcaciones, la mayoría canoas y zodiac.