La creación de esa base industrial es uno de los principales objetivos del Programa Industrial y Tecnológico Medioambiental (PITMA), que cuenta con unos fondos para subvenciones de 38.000 millones de pestas entre 1990 y 1994.

De los 203 proyectos presentados para la creación de una industria medio ambiental propia, sólo recibieron subvención 36, por un importe total de 305 millones de pesetas.

Fuentes del Ministerio de Industria, que reconocieron la "pobreza" de estos resultados, explicaron que muchos de los proyectos presentados incorporaban tecnología importada y contaban con escasa participación de grupos industriales presuntamente contaminantes.

Por lo que se refiere al tipo de actuacioes que han sido subvencionadas, se centran fundamentalmente en cambios de procesos de producción (16 por cien), depuración de aguas residuales industriales (30 por cien) y depuración de gases (15 por cien).

El 50 por ciento de los proyectos presentados corresponden al sector químico. Otros con una presencia importante son el siderúrgico (8 por cien), el alimentario (8 por cien), el energético (6 por cien) y el minero (6 por cien).

La escasez de la cifra de inversión en la industria medioambientalcontrasta con la estimada como necesaria, para adaptarnos a las exigencias de la CE, en un informe hecho público el pasado mes de julio por el Instituto de Estudios de Prospectiva, de la Secretaría de Estado de Economía.

De acuerdo con ese estudio, la adecuación medioambiental de la industria requerirá unas inversiones de 3 billones de pesetas a lo largo de la década de los noventa.

Destacan las inversiones precisas en el sector eléctrico (1.120.000 millones de pesetas), el refinero (750.000 millnes), el químico (500.000 millones) y el automovilístico (324.000 millones).

El resto del gasto medio ambiental que deberá afrontar la industria, hasta completar los 3 billones de pesetas, corresponde a las fábricas de papel y celulosas, con 80.000 millones de pesetas; las industrias básicas, con 58.000 millones; la construcción, con 43.825 millones; la minería, con 67.000 millones; el sector textil, con 35.500 millones; y otras indutrias, con 26.600 millones.

La Administración teme que las inveriones para la adaptación medioambiental de la industria se conviertan en un negocio casi exclusivo de empresas extranjeras, con el consiguiente deterioro de la balanza comercial.