"Los proyectos se hacen o no se hacen. Negociar en el sentido de si se puede alterar o modificar el proyecto, eso siempre; pero tener como base de negociación que si yo no hago esto, tú me das lo otro, eso no creo que lo aceptaría Leguina y, desde luego, yo tamoco", manifestó textualmente el alcalde.

En opinión del regidor, las reuniones entre el presidente de la Comunidad y el alcalde de Madrid siempre son "posibles y necesarias", porque ambas instituciones tienen problemas en común. "Sin embargo", añadió, "negociar un proyecto como el de la reforma de la plaza de Oriente no tiene sentido", recalcó.

El próximo día 30 de noviembre está previsto que el Ayuntamiento reciba el informe definitivo de los arqueólogos sobre los hallazgos encontrados en las exavaciones.

A partir de entonces, y siempre que el estudio refleje que los restos no son significativos, el gobierno municipal podrá decidir sobre las fechas, plazos y monto económico del proyecto.

Alvarez del Manzano explicó que a él le gustaría iniciar las obras cuando pueda hacerlo desde el punto de vista técnico, sin prisas, y cuando el proyecto cuente con un amplio consenso.

"Yo no tengo ningún límite para hacer las cosas", puntualizó, "y cuando demos luz verde a las actuaciones quiero etar convencido de que no perjudico al entorno de la plaza y de que lo que se hace es útil".

El alcalde recordó que en los presupuestos del año próximo figura una partida de 400 millones destinada para el comienzo de las obras, aunque destacó que desconoce las características y el coste final del proyecto.

Igualmente, expresó su convencimiento de que la Dirección General del Patrimonio no pondrá reparos porque las primeras conclusiones de los expertos apuntan a que en la plaza no hay vestigios arqeológicos importantes.