Ciencia
Un proyecto del CSIC monitoriza con plantas e inteligencia artificial la contaminación en ciudades
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El Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (Irnas), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), trabaja en un proyecto de la Unión Europea denominado ‘WatchPlant’, cuyo principal objetivo es el desarrollo y la validación experimental de una tecnología nueva que relacione la contaminación de las ciudades con sus efectos en la salud humana.
Según explicó en una nota, dicha tecnología consiste en un sistema biohíbrido, que incluye plantas vivas y componentes tecnológicos de inteligencia artificial, que permitirá abordar la monitorización ambiental in situ, principalmente la medición de la contaminación en ciudades.
Así ‘Watchplant’, que está coordinado por El Instituto Tecnológico de la Energía (ITE), acaba de cumplir un año de recorrido y se trata de un proyecto incluido en el plan ‘Horizonte 2020’ de la Unión Europea, que cuenta con un presupuesto de 3.744.192,50 euros.
“Desde el Irnas nos encargamos de toda la parte de fisiología vegetal del proyecto que es clave tanto para el desarrollo de los biosensores como de sus sistemas de autoalimentación”, afirmó una de las investigadoras del Irnas, Virginia Hernández.
Desde este instituto, acometen tareas primordiales del proyecto como analizar el funcionamiento de sensores más baratos y sencillos que los utilizados actualmente para medir transpiración vegetal. Además, también se dedican a evaluar unos sensores que miden señales eléctricas e intentar relacionarlas con efectos fisiológicos de la contaminación en las plantas, determinar el momento del día óptimo para extraer savia en relación con la generación de carbohidratos y aminoácidos; o evaluar las sustancias más eficientes para retrasar el cierre de los haces conductores de la savia tras la inserción de las microagujas para extraer savia
Todo ello, según explicó, porque pretenden “establecer un protocolo para el muestreo de savia y la identificación de aminoácidos, fitohormonas y azúcares, que utilizaremos como biofuel para las biopilas que se están desarrollando en el proyecto”.
En esta primera fase del proyecto, el trabajo de campo consiste en monitorizar plantas de tomate en el invernadero del Irnas. “La monitorización la hacemos con sensores de transpiración de la hoja y señales eléctricas que están desarrollando grupos pertenecientes al proyecto y que nosotros comparamos con otros sensores y medidas de instrumentos que utilizamos habitualmente en nuestros estudios de fisiología vegetal. Hemos escogido hacer el trabajo de campo en tomate ya que es una especie que es fácil de cultivar y encontrar en los diferentes países europeos integrados en el proyecto. Lo que se pretende es crear una red de plantas de tomate instrumentadas con los sensores mencionados, colocadas en sitios exteriores de viviendas particulares para que actúen como estaciones de monitoreo de contaminantes”, afirmó el también investigador del Irnas Antonio Díaz Espejo.
Para sus autores, la relevancia de este proyecto europeo es múltiple. En primer lugar, porque significará oportunidades para los mercados. En el sentido de la monitorización urbana, las estaciones de muestreo actuales se centran en los niveles de contaminantes. “’WatchPlant’ va más allá de estas evaluaciones al compararlas con trazadores de la salud de la vegetación urbana con el fin de suministrar información para proteger las zonas verdes urbanas, junto con la salud de la vegetación urbana”, enfatizó Hernández.
Asimismo, en lo que concierne a la industria agroalimentaria, el proyecto permitirá identificar señales tempranas en las plantas relacionadas con la infección de patógenos o eventos de sequía entre otros, ofreciendo funcionalidades de control, prevención, planificación o mitigación en la ‘smart-agriculture’ mediante el uso eficiente de los recursos.
Y, por último, en el ámbito de la silvicultura, permitirá el control de los efectos del cambio climático en bosques y zonas remotas para la gestión de ecosistemas mediante teledetección gracias a sus características ecológicas para aplicar las políticas correctas.
De esta manera, cuando finalice el proyecto, el Irnas espera obtener una herramienta para llevar a cabo sistemas de previsión de contaminación, desarrollo de pandemias y redes sociales para proporcionar una retroalimentación ecológica y ambiental a los ciudadanos.
(SERVIMEDIA)
26 Ene 2022
SDM/gja