PROTESTAS DE ETARRAS ENCARCELADOS EN GRAN CANARIA CONSIGUEN MODIFICAR LA DISCIPLINA INTERNA DE LA PRISION SALTO DE EL NEGRO
- Los sindicatos y el director de la cárcel aseguran que "no saben a qué atenerse" y critican las resoluciones de un juez
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El sindicato Comisiones Obreras y Ricardo Gutiérrez, directo de la prisión del El Salto del Negro (Gran Canaria), han mostrado su rechazo a las resoluciones de un juez de la capital grancanaria que impide que los reclusos sean cacheados.
Según publica hoy el periódico "La Provincia", el juez de Vigilancia Penitenciaria número 1, Antonio Gómez Canal, ha atendido las quejas de los etarras, "lo que hace imposible el mantenimiento de la disciplina y el control en la entrada de drogas", dijo Gutiérrez.
Estas decisiones judiciales eximen a los presos de ser caceados y rechazan la limitación de las horas de lectura durante el aislamiento.
Los siete internos de ETA han presentado al menos seis quejas en los últimos meses que han prosperado y que incluso impiden que los etarras sean trasladados de celda para impedir una fuga. Según el director de la prisión, "los funcionarios están indefensos para imponer disciplina y no saben a qué atenerse".
José Luis Moreno, de CCOO, aseguró que dichas resoluciones judiciales "nos han restado autoridad ante el resto delos internos". Los etarras también han presentado quejas ante el juez por los límites en el uso de la radio o el consumo de tabaco durante los aislamientos.
En el caso de los registros, el dictamen es especialmente grave, ya que impide que los funcionarios puedan tocar los calzoncillos de los reclusos cuando vuelven de permiso para saber si llevan escondidas pequeñas dosis de droga. Esta situación ha provocado que la cárcel esté llena de estupefacientes y que las aprehensiones de droga hayan disminuid al mínimo.
Entre los casos que se citan figura el del etarra Esteban Nieto, que se quejó ante el juez porque le sancionaron por pasar el recuento de internos dormido en la celda y con sus pertenencias en desorden, contraviniendo las normas de régimen interior. El juez dio la razón al etarra argumentando que "no es necesario que el recuento revista formalidad y bastará con que el recluso esté a la vista del funcionario".
(SERVIMEDIA)
31 Ago 1994
C