El portavoz de la Ferede, Pedro Tarquis, recordó que "es evidente que los cristianos protestantes han sido, en el pasado histórico español, un colectivo perseguido por el catolicismo", desde la Inquisición hasta la dictadura franquista.

En la actualidad, pese al mayor nivl de tolerancia, la Ferede entiende que esta confesión no goza de una situación de "normalidad legal ni social", ya que persisten algunos prejuicios y arquetipos que mantienen el espíritu de la Contrarreforma".

Para el portavoz de la Ferede, los gestos de acercamiento a otras Iglesias cristianas protagonizados por la jerarquía católica son testimoniales, "limitándose sólo a ceremonias ecuménicas que tienen un siginificado de englobar al cristianismo protestante en el seno del catolicismo, más que favoecer un diálogo o encuentro público".

Tarquis señaló que los evangélicos españoles no quieren que se les pida perdón, pero considerarían positivo "un acto público de reconciliación y encuentro que permita sellar, desde la diferencia, la posibilidad de encuentro y respeto mutuos".

De no producirse esta reconciliación, los protestantes entienden que la jerarquía católica de España no tiene interés en cumplir las palabras del Papa.