En España, la fiscalidad en esta materia es de 800 euros por hectolitro de alcohol puro en las bebidas espirituosas, es decir, aquellas procedentes de la destilación de materias primas agrícolas como uva, cereales, frutos secos, remolacha o caña.

Así, según Febe, productos como el brandy, el whisky, el ron, la ginebra o el vodka no se verán afectados si se llega a aprobar la propuesta de la UE.

El objetivo de la Comisión Europea con el aumento de la fiscalidad es recoger la inflación acumulada desde 1992, cuando se revisaron por última vez los tipos mínimos de las bebidas alcohólicas.

Esta subida de impuestos mínimos, que sí afecta a la cerveza, entraría en vigor antes de 2008, si bien se estudia la posibilidad de un periodo transitorio de dos años.