Jesús López está convencido de que este asunto tienen unas causas generales que parten de la carencia de normas urbanísticas en Barbate, "el único pueblo de todo el país que carece de ellas, a pesarde tener 25.000 habitantes".

Su teoría, según declaró a "El Periódico de la Bahía de Cádiz", no concide con la tesis del fiscal. Ante la falta de un Plan General de Ordenación Urbana, dice López, "nadie se ha saltado las normas, porque no existían. Esto posibilitó que una zona de monte público, el proyecto 'Hierbabuena', pretendiera ser vendida a Prosein. Un tema sobre el que el fiscal no se pronuncia".

"Esta situación", añade, "provocó que en mi caso se rechazasen todos los proyectos que presentba a raíz de mi enfrentamiento con Serafín Núñez, y por el contrario se aprobaran otros que contaban incluso con informes negativos de Costas".

Para López, el escándalo tiene una explicación muy sencilla: se trata de enfrentamientos dentro del propio Partido Socialista, "una venganza, en definitiva". Sin embargo, se niega a acusar a Juan Guerra de prevaricación.

Además, está convencido de que el hermano del ex vicepresidente del Gobierno no cometió tal delito, aunque admite que la presión que pud ejercer sobre el alcalde pudo no estar dentro de la ley.