LOS PROGRAMAS DE SALUD DIRIGIDOS A POBLACIONES GITANAS ESTAN ADAPTADOS A SUS PECULIARIDADES SOCIALES

MADRID
SERVIMEDIA

Las políticas de salud dirigidas a la étnia gitana están siempre unidas a programas de servicios sociales y adaptadas a las peculiaridades d su estructura familiar y cultural, que está basada en la consanguinidad y el respeto a los niños, los muertos, la mujer y los ancianos.

Según manifestó a Servimedia Juan José Francisco, director de Salud Pública del Ministerio de Sanidad y Consumo, las peculiaridades sanitarias de estas poblaciones son atendidas por planes integrales, que elabora el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud junto al Ministerio de Asuntos Sociales.

"En cada comunidad autónoma se desarrollan actuacions puntuales y en función de la problemática social que tiene. Por ejemplo, en el País Vasco existen medidas específicas destinadas a poblaciones gitanas, dado el alto número que compone este colectivo en la región", dijo.

La alta consanguinidad de las parejas gitanas es la causa principal de malformaciones y enfermedades genéticas entre los miembros de este colectivo, según un estudio realizado por la doctora María Luisa Martínez-Frias, responsable del Estudio Colaborativo Especial de Malformaciones Cngénitas.

El estudio asegura que, mientras que la frecuencia de uniones entre familiares en la población general es del 1,6 por ciento, en la comunidad gitana asciende hasta el 29 por ciento.

La doctora asegura que en cada embarazo de parejas consangíneas existe un 25 por ciento de riesgo de transmitir una enfermedad genética al feto. "Para que la intervención sanitaria sobre estas poblaciones sea efectiva debe ser respetuosa con sus costumbres, que están muy arraigadas en su forma de vida", asegró la doctora.

Otros problemas sanitarios relacionados con las peculiaridades de la comunidad gitana son las complicaciones que rodean el parto, ya que la mayor parte de los nacimientos se producen en las casas y los que llegan a los hospitales son casos difíciles que no han tenido ningún seguimiento durante la gestación.

OLOR A MUJER

"Cuando llegan al hospital", explicó una comadrona de un gran hospital madrileño, "tenemos algunos problemas con los maridos de las parturientas gitanas. Por lo gneral, se niegan a que lavemos a sus esposas porque, según ellos, les quitamos el olor a mujer".

El resto de sus relaciones con el sistema sanitario se limitan a acudir a hospitales cuando sufren alguna enfermedad importante y son reaccionarios a las campañas de promoción de la salud e higiene que realizan las Administraciones.

Por ello, en casi todas las comunidades autónomas existen campañas específicas de vacunación infantil para poblaciones gitanas en los propios poblados, a los que acuden lo equipos de salud pública.

(SERVIMEDIA)
15 Ene 1993
EBJ