El programa, de carácter experimental, tuvo una duración de cuatro meses y se llevó a cabo en los colegios "Concha Espina" y "Vasco Núñez de Balboa", concretamente entre niños de 7 a 13 años de segundo, cuaro y quinto de EGB.

En total, en el programa han participado 155 niños, 24 de ellos pertenecientes a minorías étnicas, principalmente gitanos, aunque también se encontraban niños de origen marroquí y guineano.

Según explicó a Servimedia Ana Baroja, del Instituto de Psicología Preventiva de la Universidad Complutense de Madrid, que ha participado en la elaboración del contenido del programa, este proyecto difiere de los experimentados por el Ministerio de Educación y Ciencia en la metodología utiliada y en los materiales didácticos.

Hasta ahora, la integración educativa utilizaba técnicas de aprendizaje cooperativas, adaptaba un método de discusión moral para los primeros cursos de escolaridad donde existían situaciones de conflicto moral y proponía la transformación de los contenidos curriculares para hacer el aprendizaje más significativo, señaló Baroja.

El nuevo programa, sin embargo, ha incidido en modificar las expectativas que el grupo mayoritario de niños tenía del grupo minoritario en este caso de los gitanos. Para ello, se ha trabajado con los alumnos en el entrenamiento de tareas específicas, de forma que los gitanos pudieran enseñar a los payos tareas concretas.

Igualmente, se han organizado actividades extraescolares con la finalidad de que payos y gitanos pudieran mantener relaciones menos formales y más intimas.

Según Ana Baroja, los resultados del programa han sido positivos, puesto que se ha conseguido modificar la actitud de los niños a la hora de elegir amistades