Este organismo internacional ha alertado de la presión que ejercen la pobreza y la aceleración del crecimiento económico sobre los recursos disponibles de los países en vías de desarrollo.

Para encontrar alimentos, combustibles y vivienda, esas sociedades deben realizar práctics insostenibles, como la quema y tala de bosques, el uso excesivo o erróneo de tierras de cultivo y el mal empleo de los recursos hídricos.

La utilización deficiente de las tierras, por el pastoreo excesivo, los cultivos ininterrumpidos y el aprovechamiento de tierras frágiles o en pendiente, unido al deficiente ordenamiento de los recursos hídricos, han provocado durante los últimos 45 años el deterioro de unos 1.200 millones de hectáreas de suelos, superficie equivalente a las de China y la India jutas.

El Fondo de Población de Naciones Unidas considera que si continúan las tendencias actuales, hacia el año 2000 la desertificación afectará a 1.200 millones de personas.

En la actualidad, unos 2.000 millones de personas de 80 países viven en zonas en las que apenas disponen de agua y unos 1.500 millones de habitantes de los países en desarrollo no pueden acceder a agua potable.

Además, si se mantienen el ritmo de crecimiento demográfico y los niveles de consumo energético, en el año 2025los países en vías de desarrollo podrían emitir una cantidad de CO2 (principal causante del efecto invernadero) dos veces superior a la actual, lo cual representa más de la mitad del incremento a escala mundial.