En la presentación del "Informe sobre la situación penitenciaria", el presidente de la APDHE, Juan Serraller, culpó a la clase política de la deficiente situación de los reclusos, porque se centra más en la seguridad y custodia de los presos que en el tratamiento reeducativo que reciben.

Para ilustrar su razonamiento, Serraller reveló que el 67 por ciento de los presos ha estado anteriormente al menos dos veces en prisión. Esto indicaque "la reeducación es pésima y que hay errores en el tratamiento a los reclusos" porque éstos vuelven a cometer actos delictivos que les llevan de nuevo a la cárcel.

"Es posible cambiar esta situación dándoles (a cada preso) posibilidades reales para que puedan vivir dignamente en la sociedad", subrayó.

ESCASEZ DE PERSONAL

La escasez de personal pedagógico y la elevada tasa de población penitenciaria (cerca de 44.000 presos en toda España) son dos de los principales factores que propician la rincidencia de los internos.

El ex presidente de la APDHE y actual magistrado del Tribunal Supremo, José Antonio Martín Pallín, coincidió con Serraller al señalar que no existen elementos reales para llevar a cabo medidas "efectivas" de reinserción.

El informe de Derechos Humanos señala que casi la mitad de los presos entran en las cárceles por motivos relacionados con la drogadicción. Martín Pallín mostró su preocupación por el aumento de enfermedades derivadas de las toxicomanías, como el sida ola hepatitis.

Martín Pallín lamentó la falta de mentalización de la sociedad española y del Gobierno a la hora de ofrecer un mejor trato a los internos, cosa que no ocurre, en su opinión, en los países anglosajones. "Cuanto más pendiende está la sociedad de las prisiones, más amparados están los reclusos", apostilló.

El magistrado puntualizó que gran parte de la población reclusa femenina es extranjera, de lo que dedujo que la clase política está "criminalizando" la situación de los inmigrantes e España.

HACINAMIENTO

Por su parte, el asesor jurídico de APDHE, Francisco Febles, explicó que un problema grave de las cárceles españolas es el hacinamiento de los presos, porque generalmente las celdas poseen un espacio pequeño y sin apenas luz.

Para Febles, el hecho de que los presos habiten en recintos de 2 por 4 metros cuadrados de superficie es una "olla a presión" que acentúa el "sentimiento claustrofóbico" de los reclusos, que, además, permanecen en estos habitáculos una media de 22 hors al día y únicamente disponen de dos para salir al patio.

En relación al hacinamiento, Martín Pallín recordó que "el único derecho fundamental del que están privados (los reclusos) es la deambulación libre de un lugar a otro de España. Todos los demás derechos les corresponden y deben ser respetados por la administración penitenciaria".