A sólo tres horas y media de presentar la oferta definitiva, el grupo formado por SRM y Cometa celebró un Consejo de Administración para fijar el precio que habría que reflejar en la oferta presentada por el consorcio a la 1,05 de la tarde, en el que se produjeron discrepancias insalvables entre los grupos que optaron por abandonar y los que quedan, entre ellos el BBV y la francesa Vodafone.

Según fuentes del consorcio consultadas por Servimedia, el elevado precio que sin duda deberá paar el consorcio que quiera quedarse con la segunda licencia de telefonía móvil en España -algunos expertos lo sitúan en torno a los 100.000 millones de pesetas-, unido a inversiones posteriores que aproximan el coste de la licencia a los 300.000 millones está causando estragos en un concurso que hace seis meses se planteaba como la gran opotunidad de negocio para buena parte de los grupos empresariales y financieros españoles.

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