Los principales productores de fosfatos contraatacan ----------------------------------------------------
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La IV Conferencia Internacional del Instituto Mundial del Fosfato (IMPHOS) que este pasado fin de smana concluyó en la localidad flamenca de Gante, acordó iniciar un programa de cinco años de duración y un presupuesto de diez millones de dólares, para investigar a fondo la incidencia medioambiental por el empleo del fósforo y los fosfatos en el campo de los fertilizantes agrícolas y también en la fabricación de los detergentes industriales, principalmente.
La crisis progresiva que vive el mercado de los fertilizantes químicos en general y de los fosfatados, en particular, debido a la recesión econóica internacional y, sobre todo, a las presiones sostenidas de las organizaciones de defensa de la naturaleza y de los medios de comunicación, acaparó la primera preocupación de los 200 congresistas pertenecientes a 40 países, incluido España, que intervinieron en los cuatro días de conferencia.
Casi todos estuvieron de acuerdo con la organización en que, dada la gravedad de la situación y la creciente sensibilidad de la opinión pública internacional sobre los efectos negativos de la contaminación porresiduos químicos tanto en las aguas superficiales y subterraneas, como en los suelos a través de la agricultura y la ganadería intensivas, cualquier ofensiva del sector industrial debe apoyarse en resultados firmes derivados de investigaciones científicas incontestables.
Quizá por ello, los responsables del IMPHOS convocaron a esta cuarta conferencia, que titularon "Fósforo, vida y medio ambiente. De la investigación a la aplicación", a una copiosa selección de relevantes investigadores, científicoscatedráticos de las principales universidades europeas, que quedaron emplazados para completar sus trabajos con procesos de experimentación que despejen tantas dudas todavía en el aire; unos análisis cuyos resultados prometieron dar a conocer cuando los concluyan.
En resumen, los congresistas, bajo la presidencia del profesor André Cottenie, rector honorario de la Universidad de Gante, resaltaron la importancia del fósforo tanto para la salud del hombre como de los animales, fundamentalmente su papelcomo conductor de energía, recordando que figura en moléculas esenciales para la vida como los genes de soporte de caractéres hereditarios, y que interviene igualmente en la constitución de tejidos cerebrales y musculares básicos, así como en la formación de vitaminas y enzimas.
Hubo también un acuerdo general en que, como ha quedado demostrado desde hace 150 años, el fósforo es eficaz como factor de producción y de calidad en el campo de los abonos agrícolas, con un empleo masivo en la agricultura delos países más desarrollados; hasta el punto de que ahora la meta prioritaria de los expertros es progresar cuanto antes en la definición de las mejores técnicas de fertilización, y corregir los abusos.
Su objetivo es recuperar, de acuerdo con los tipos de suelo, la cantidad de fósforo aportado; hacer corresponder las fechas de aplicación de los abonos fosfatados con las necesidades de la plantas, y, asimismo, respetar las condiciones de aplicación que permitan limitar al mínimo los riesgos de contamnnación medioambiental vinculados a la fertilización de los suelos con abonos químicos.
Los científicos convocados destacaron igualmente que, al contrario que el nitrógeno que, por su solubilidad y movilidad, puede producir fenómenos de concentración de residuos en exceso, los fosfatos constituyen una forma de reserva sedimentada que el suelo puede asimilar, lo que obliga a solventar las técnicas de aprovechamiento más adecuadas.
Tras reconocer que los presentes problemas obedecen a un exceso incotrolado en la utilización de los fertilizantes en los terrenos agrícolas, los expertos reunidos en el congreso de Gante consideraron que la aportacion de abonos no debe tener más finalidad que suministrar la cantidad de fósforo asimilable razonable para satisfacer las necesiadades de las cosechas, pero nada más.
Nadie dudó que la llamada agricultura biológica es, por ahora, incapaz de resolver las necesidades alimenticias de los cinco mil millones de personas que viven en el planeta, y que una reduccin en el uso de abonos a base de fosfatos en los terrenos agrícolas conduciría, en su opinión, a la caida en picado de las cosechas alcanzadas en los últimos años.
En cuanto a la incidencia en los vertidos a los ríos y al mar, los reunidos creen que la contaminación excesiva de las aguas superficiales con fosfatos obedece a la combinación de una ligera parte en solución junto a otra porción que suele quedar en suspensión, cuyos origines principales son las deyecciones que producen las unidades de ganadría intensiva (sobre todo, de porcino y aves) y la erosión de los suelos.
El problema afecta sobre todo a las regiones que practican una agricultura y ganaría intensivas, pero no se presenta en los países en vías de desarrollo, que sufren, en general, fuertes carencias de fósforo.
METALES PESADOS
En cuanto a los residuos de cadmio, los participantes en esta IV Conferencia Internacional del IMPHOS reconocieron que, hasta la fecha, tan sólo existen investigaciones en curso para tratar de reducir l mínimo e incluso eliminar la presencia de determinadas proporciones de ese metal pesado (que oscilan desde unos gramos hasta un centenar de gramos por tonelada) en el fosfato. Pero nadie ha conseguido resultados.
Confiaron en que, en breve plazo, la evolución de los sistemas de fabricación de los abonos permita esas reducciones, ya que hasta la fecha, cualquier intento resultaría antieconómico y, por tanto, inviable.
Tampoco parece tener de momento solución la contaminación que causan los residos de los detergentes compuestos por órganos fosforados y que constituyen otra piedra de escándolo y grave preocupación para las organizaciones conservacionistas.
Sin embargo, los especialistas convocados aseguraron que el empleo de productos libres de fosfatos no resuelve el problema, puesto que generan otra clase de residuos asimismo de difícil asimilación.
En lo que se refiere a la vegetación marina, pusieron como ejemplo que, el fósforo actúa a veces con efectos favorables, como cuando facilia la destrucción de los contaminantes derivados del petroleo, y también desfavorables, provocando el desarrollo de determinadas algas indeseables.
En cualquier caso, sostienen que esos efectos suelen ser a menudo objeto de exageraciones por parte de las organizaciones conservacionistas, ya que la inestabilidad del medio marino conduce casi siempre a una rápida evolución y dispersión de los procesos por cauces naturales.
MARRUECOS, LA POTENCIA
Junto a los científicos, investigadores y consumidors citados, también estuvieron en Gante delegaciones de la práctica totalidad de los seis países productores de fosfatos que constituyen la entidad (Marruecos, Argelia, Jordania, Senegal, Togo y Túnez; el segundo gran productor de fosfatos del mundo, Estados Unidos, no pertenece a esa organización y dispone de su propio montaje), e igualmente de las principales empresas consumidoras.
Marruecos, por medio de la "Office Cherifien des Phosphates" (OCP) y "Les Phosphates de Bucraa" (cuyas reservas y proces de extracción administró España cuando ocupaba el Sahara Occidental), es la gran potencia mundial en la producción de la materia prima que alimenta a este sector de fertilizantes fosfatados a escala internacional.
En la actualidad, el presidente del IMPHOS, que tiene su cuarteles generales en Rabat, es Mohamed Fettah, quien ocupa a su vez el cargo de director de la "Office Cherifien Du Phosphate".
(SERVIMEDIA)
14 Sep 1992