El sistema consiste en un equipo que puede ser instalado en las gasolineras existentes y que detecta de inmediato cualquier pérdida de combustible, seagasolina, gas u otro producto. Inmediatamente se acciona la alarma y el propio establecimiento está capacitado para corregirlo.

En el caso de que la anomalía sea tan grave que no se pueda solucionar desde la gasolinera, la información de la avería llega a la central de la empresa en Londres por "vía digital telefónica antisabotaje", desde donde se tomarán las medidas oportunas.

Este sistema se instala en Chiclana por primera vez en España y, según José Galindo, presidente de Segurgas, "da una infrmación de lo que ocurre en el subsuelo y su periferia, volumen del derrame y cómo interrumpirlo. La información es recibida de inmediato por la persona que atiende la gasolinera, y si no corrige el defecto en dos o tres minutos pasa a nuestra central en Londres".