Las mujeres que decidan utilizar esa vivienda contarán durante un año con ayudas de psicólogos y podrán asistir a cursos de autoestima personal y cocina entre otros. Al frente del piso estará una asistenta social.

La primera de esas viviendas de apoyo a prostitutas arrepentidas, impulsada por el Gobierno regional, estará ubicado en Santiago de Compostela y será una experiencia piloto antes de programar la apertura de pisos similares en otras ciudades gallegas. La directora del Instituto Para la Igualdad manifestó que las mujeres que deciden abandonar la prostitución "no saben hacer prácticamente nada", porque están acostumbradas a llevar una vida fuera de casa.

El cuidado de los hijos y la necesidad de aprender a autoadministrarse el dinero son asuntos prioritarios en la planificación de actividades durante la permanencia en la vivienda mtutelada, explicó.