El de Laucirica ha sido el primer juicio que se ha celebrado en la Audiencia Nacional desde el alto el fuego declarado por ETA la semana pasada y ha sido, también, la primera absolución decretada por la Audiencia Nacional desde esta última tregua.

Los hechos que se juzgaban hoy ocurrieron a principios del año 1999 pero hasta agosto de 2005 no se incoaron diligencias previas contra Lauciricia, es decir, más de cinco años después.

Según la legislación, el que se imputaba a Laucirica es un delito de los calificados menos graves, que prescriben a los tres años desde su comisión, lo que ya había ocurrido cuando se abrió el procedimiento contra este acusado. Por esta razón, los magistrados acordaron aboslverle.

Hasta hoy, día fijado para el juicio, nadie había caído en la cuenta de este detalle de la prescripción, ni los magistrados, ni el fiscal, ni tan siquiera la propia defensa de Laucirica.

Fuentes del tribunal explicaron que "la prescripción es apreciable de oficio y alegable en cualquier momento del proceso".

Fue al inicio del juicio cuando la defensa de Laucirica, quien expresó su deseo de que estemos "en el principio del final" y de que el juicio de Laucirica sea "uno de los últimos jucios" contra ETA, planteó que los hechos habían prescrito.

APOYO DEL FISCAL

Cuando le tocó el turno, la Fiscalía de la Audiencia Nacional se mostró de acuerdo con las alegaciones de la defensa de Laucirica.

Antes del juicio, el fiscal pedía que Laucirica sea condenado un año y nueve meses de cárcel y a pagar una indemnización de 12.000 euros a la víctima.

Laucirica se sentó hoy en el banquillo de los acusados por el envío, el 5 de enero de 1999, de un sobre con seis postales amenazantes a Rosa María Torres, entonces concejala del PP en Llodio, a la que se responsabilizaba de la política de dispersión de presos de ETA.

Antes del juicio, Rosa María Torres, que no quiso hablar tras la absolución de Laucirica, fue preguntada por el alto el fuego de ETA y señaló que en una negociación no se puede olvidar a las víctimas ni su sufrimiento, y tampoco 40 años de terrorismo.

Explicó que, pese a la tregua, ella sigue tomando medidas de seguridad y relató su experiencia todos estos años. No obstante, confió en que algún día pueda celebrar las fiestas de su pueblo con tranquilidad.