López Alegría indicó que a bordo de la nave "no existe mejor diversión que ver la Tierra" desde las ventanas del "Columbia". Tres cosas han sido las que más impresionaron al astronauta: "primero fue el lanzamiento, que fueron ocho minutos y medio de cosas inolvidables y casi imposibls de explicar. Las fuerzas que el cuerpo tiene que soportar, las vistas que hay y las sensaciones son inolvidables".

"Segundo", continuó, "la sensación de flotar es una maravilla que no se puede imaginar. Se puede tener una idea de lo que es buceando, pero sin tener que subir para coger aire. Tercero, y a lo mejor lo más importante, son las vistas que se ven por las ventanas, son preciosas".

El astronauta español relató que no ha pasado miedo en ningún momento. Durante el despegue de la nave "estba un poco nervioso, animado y muy excitado, porque tuvimos que esperar mucho tiempo para el lanzamiento. Pero la parte del ascenso fue magnífica, fue de maravilla y sobre todo cuando llegamos a la órbita, que tardamos 8 minutos y medio".

DESPEGUE

En cuanto a las sensaciones que se tienen durante el despegue, señaló que "se siente una aceleración y una vibración bastante fuertes. Pocos segundos después del lanzamiento la nave giró unos 120 grados hacia la derecha y esto fue un poco más violento de l que yo había esperado".

"Después de eso", prosiguió, "bastante vibración en los primeros dos minutos y luego, cuando se caen los cohetes de combustible sólido, todo es muy suave hasta el momento de llegar a la órbita y se va sintiendo cómo sube la fuerza de gravedad sobre el cuerpo".

El astronauta dijo que entre los objetos personales con los que viaja tiene una gorra con la bandera de España, música española, como Caifanes, Ciudad Jardín, Rosario, Presuntos Implicados y Paco de Lucía, así como anderas del país, de Madrid y del Real Madrid y un libro de las Ordenanzas de Badajoz.

Asimismo, relató la vida dentro del "Columbia". "Tenemos previsto dormir 8 horas diarias, aunque la verdad es que es difícil acostarse, porque hay tantas cosas para ver por las ventanas que nadie se quiere acostar. Después de dormir tenemos tiempo para lavarnos, cepillarnos los dientes, desayunar y luego tenemos doce horas de trabajo".

"De mis doce horas, paso la tercera parte ocupándome de las cosas de la nave navegación, que los sistemas marchen bien... Otra tercera parte la paso haciendo experimentos un poco de ciencia, ayudando a mis compañeros en el laboratorio, y la última tercera parte la paso mirando las ventanas y tomando muchas fotos", indicó.

López Alegría explicó que cada 90 minutos la nave da una vuelta al mundo, puesto que viaja a una velocidad de 28.000 kilómetros por hora. "Cuando hago ejercicios sobre la bicicleta, empiezo sobre Africa y termino sobre Japón. Eso tarda treinta minutos. Es alo que no hace ni Miguel Induráin", bromeó.