Maragall, que pronunció hoy una conferencia sobre 'Barcelona un año después de los Juegos' dentro del ciclo organizado por el Colegio de Periodistas de Cataluña, señaló que el resultado ha sido "claramente positivo y esperanzador" de lo que fue un pretexto, dijo, para cambiar la ciudad y prepararla para el futuro.

A su juicio, el 'modelo Barcelona', del que ya se había hablado antes de las Olimpiadas, se puede considerar en estos momentos una realidad. "En el horizont del 97 creo que el modelo se está perfilando como una referencia, un término de comparación para muchas otras ciudades, para estudiar profundamente", añadió.

El alcalde de Barcelona se refirió a algunos de los grandes proyectos urbanísticos de la ciudad que se pusieron en marcha con el impulso de la organización de los Juegos y citó el nuevo nudo de carreteras de la Trinitat, que mañana se inaugurará, o el llamado urbanismo cultural. Sobre esta cuestión dijo que el 93 debe considerarse "el año de culura" y que los presupuestos para este ámbito no se verán reducidos.

Respecto a las relaciones políticas mostró su confianza en la mejora del clima institucional que se producirá en Cataluña en los próximos meses. Maragall dijo tener la sensación de que "algunos de los problemas que se arrastran desde hace años y que no consiguen la atención mínima suficiente, entrarán en el carril de las cosas que se deben solucionar".