Estas manifestaciones del responsable presupuestario del Ministerio de Economía rebaten las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que rebaja la previsión del 3,8% de PI que ha hecho el Gobierno para 1999 al 3,6%, mientras que para la inflación la eleva del 1,8% que estima el Ejecutivo español a un 2,4%.

En un encuentro con periodistas para analizar las cuentas del Estado para 1999 presentadas por el Gobierno, Folgado defendió la validez del presupuesto en el actual contexto de inestabilidad, y añadió que "las variables de Europa son las idóneas para que se produzca un crecimiento sostenido sin prácticamente posibilidad de recesión".

Folgado, que mantuvo la prevsión de crecimiento del Gobierno para 1999, señaló que ni las cuentas públicas, ni la inflación, ni el sector exterior, ni el comportamiento de los salarios y los costes laborales, ni la flexibilidad de los mercados, ni el proceso de liberalización y privatizaciones, permiten dudar de que Europa es un territorio sólido.

Además, apuntó que la política de consolidación fiscal, basada en la reducción del déficit público y la reforma de impuestos, seguida de un esfuerzo en convergencia real con Europa medante más inversiones públicas que los socios comunitarios "son una base firma para hacer frente a cualquier convulsión o inestabilidad".

No hay ninguno de los elementos, dijo, que tradicionalmente se exponen como base para una recesión económica, lo que no quiere decir, admitió, que no pueda haber una desaceleración del ritmo de crecimiento.

En cuanto a la política del Gobierno para los próximos meses, Folgado se apoyó en la reforma fiscal, el crecimiento económico y del empleo, además de la redución del déficit y las medidas de liberalización, como las claves para seguir con una economía estable, y adelantó que el Gobierno prevé aprobar en febrero la Ley General Presupuestaria.

Dicha ley, uno de los compromisos electorales del PP con su llegada al poder, contemplará medidas de rigor en el gasto, con el fin de reforzar las políticas de austeriodad y control del gasto que se han venido aplicando en los últimos tres años.