Las tasas tendrán que abonarlas los titulares de los derechos de explotación de las películas y obras audiovisuales presentadas a calificación que pretendan ser distribuidas en España para su proyección o venta.

El examen de las obras constará 195 pesetas por cada rollo cinematográfido de hasta 300 metros. Una hora de película saldrá por una 1.000 pesetas y por el certificado habrá que pagar entre 750 y medio millón de pesetas, según el texto de la ley, a la que tuvo acceso Servimedia.

La recaudación de las tasas se aplicará al presupuesto del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, que tendrá la facultad de gestionarlas.